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Análisis:EL ACENTO
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Robo en el convento

Cualquiera podría tildar de desaprensivo al que en la noche del domingo 27 de febrero pasado fue capaz de robar los ahorrillos de dieciséis monjas (muchas con graves problemas de dependencia debido a su avanzada edad) que viven humildemente en un convento de Zaragoza. Cuando se ha sabido, sin embargo, que tales ahorrillos se elevaban a la cifra de 1,5 millones de euros empieza a ser más complicado hacer facilones juicios de valor.

Cuentan algunos medios que cuando las monjas acudieron a la comisaría el lunes 28 a denunciar el robo, el policía que les atendió no daba crédito a la cifra que oía. "En pesetas no, madre, en euros", le corrigió el agente a la monja que le contaba lo sucedido, a lo que aquella aclaró: "En euros estoy hablando".

Se da la circunstancia de que entre las 16 monjas del convento de Santa Lucía vive la monja pintora Isabel Guerra, cuyos cuadros hiperrealistas se han cotizado hasta en 40.000 euros. Así que no es inverosímil pensar que el desaprensivo ladrón, además de saber dónde estaba el botín (solo forzó un par de puertas y las monjas ni se enteraron), conocía el tamaño del mismo.

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Lo que quizá ignoraba el ladrón es que su robo resultaría un doble quebradero de cabeza para las monjas. El primero, el hurto en sí, si bien el voto de pobreza les debe tener acostumbradas a las estrecheces. El segundo, el posible delito fiscal destapado. De hecho, cuando las monjas percibieron que su denuncia podía ser una declaración de culpabilidad, recularon y, al día siguiente, dijeron que lo sustraído sumaba solo 400.000 euros y no todos en billetes de 500. Un abogado que contrataron ese mismo día intentó desenredar el enredo.

Pero Hacienda es persistente; y más en plena crisis y campaña antifraude: 1,5 millones de euros en un armario huele a dinero negro y la investigación es imparable. La monja pintora, habituada a los medios, no ha dado la cara. Tampoco el arzobispado. Con este robo quizá hayan empezado a percatarse las religiosas de que el hecho de que su reino no sea de este mundo no les libra de los desaprensivos ni les exime de pagar a Hacienda como los demás.

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