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Necrológica:IN MEMÓRIAM
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Thor Vilhjálmsson, gigante de la literatura islandesa

El autor estuvo muy ligado a la cultura española

Thor Vilhjálmsson (1925) fue uno de los más grandes innovadores de la literatura islandesa contemporánea, formando el "trío de ases" con Halldór Laxness y Gudbergur Bergsson. Thor (así se le llamaba siempre en Islandia, pronunciando tor) estudió Filología Nórdica en Islandia y prosiguió después sus estudios en Inglaterra y Francia. En Italia conoció a Rafael Alberti, que le regaló un dibujo con una bella dedicatoria alusiva a su peculiar melena, que Thor repetía siempre encantado a quien quería oírle. La cultura española siempre ocupó un lugar en su quehacer literario, que incluyó una rica actividad traductora; vertió al islandés obras de Isabel Allende, Umberto Eco, Marguérite Yourcenar y Eugene O'Neill, entre otros.

Transformó las letras de la isla nórdica, ancladas en el siglo XIX

Practicó todos los géneros literarios, además del dibujo y la pintura, aunque es sobre todo su obra narrativa la que lo convirtió en uno de los personajes más omnipresentes de la cultura islandesa. Ya su primer libro, la colección de cuentos El hombre está siempre solo, de 1950, llamó la atención en un mundo literario que, con la excepción de las obras de Laxness, parecía aún anclado en el siglo XIX. Su primera novela, publicada en 1968, Rápido, rápido, dijo el pájaro, reforzó aún más su papel de innovador, marcado por un estilo nuevo al tiempo que profundamente islandés. Ese espíritu innovador no le abandonó en ningún momento e impregnó toda la vida literaria de su país. Recibió premios en Islandia, el mundo nórdico, Francia e Italia. Fue presidente del Pen Club en Islandia, de la Alliance Française en Reikiavik y doctor honoris causa de la Universidad de Islandia; pero también presidente del Club de Judo de la capital islandesa.

El dos de marzo acudió como tantos días al gimnasio en Reikiavik y luego, en la sauna, su corazón se detuvo. Con él desapareció uno de los más grandes escritores islandeses de todos los tiempos y una gran figura de las letras europeas. Además de otros premios, obtuvo el de literatura de la Academia Sueca por su novela Arde el musgo gris (publicada en España por Nórdica Libros, hasta ahora la única de sus obras en nuestra lengua) en 1986, y en 1998 el Premio Nacional de Literatura de Islandia, nuevamente por una novela, Cántico matinal en la hierba (que publicará Nórdica en 2012).

Fuera de Islandia es difícil darse cuenta cabal de la popularidad y, al mismo tiempo, las simpatías de que gozaba Thor en su patria; para ilustrarlo, valga una breve anécdota. Durante una visita a Islandia, hace más de 20 años, me invitó a cenar en el restaurante Naust de Reikiavik, y al llegar me contó que el taxista que le había llevado hasta allí le reconoció al instante y todo el recorrido lo pasaron comentando su último libro. El taxista criticó el final de la novela y propuso otras alternativas. Más tarde, Thor incluiría como centro de otra novela, precisamente, a un taxista. Descansa, amigo, que lo has merecido. Echaremos tanto de menos tu siempre desaliñada melena blanca, tus ojos vivos y tu mezcla de francés, español e italiano. Y tu dulzura, incluso tu triste ternura, tu aparente desamparo. Y tu profundo saber literario, artístico y vital. Descansa.

Enrique Bernárdez es catedrático de Filología en la Universidad Complutense de Madrid.

Thor Vilhjálmsson.
Thor Vilhjálmsson.ÖRLYGUR HNEFILL

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