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Reportaje:

El olfato de un cazador teatral

Gerardo Ayo, director de una sala de Basauri, explica su día a día en la cita de artes escénicas dFeria

"Siempre me voy de San Sebastián con grandes propuestas y si no me he marchado con grandes propuestas, me he marchado compartiendo muchas cosas con mucha gente". Gerardo Ayo, director del Teatro Social de Basauri, ha sido uno de profesionales de las artes escénicas, entre programadores, productores y distribuidores, que ha participado en el festival de teatro dFeria -en 2010 se acreditaron 172 profesionales-. La cita, que comenzó el pasado lunes y finaliza hoy en San Sebastián, no sólo muestra lo último en teatro vasco, también impulsa la contratación de espectáculos.

Lo de Ayo consiste en elegir que funciones se representarán en el teatro de Basauri y mientras habla con la periodista, casi imperceptibles pero constantes, se repiten los ademanes con la mano y la cabeza. Debe conocer a mucha gente, al menos a muchos de los huéspedes que estos días se han alojado en el hotel Astoria de San Sebastián. "Nos solemos desplazar hasta las ferias porque en dos, tres, cuatro días podemos ver entre 15, 30, 40 espectáculos que de otra forma sería imposible", aclara al explicar en qué consiste su trabajo.

El programador verá durante cuatro días cerca de 20 espectáculos

Ayo se siente en San Sebastián como en casa, con más de 10 ediciones a las espaldas, considera a dFeria, su feria y asegura que la carga de trabajo "se puede soportar". "En Gijón, que es un encuentro dedicado exclusivamente al teatro infantil se suelen ver 45, 47 espectáculos, acabas agotado", añade.

Ayo y sus colegas habrán visto estos días cerca de 20 funciones, todas las que ha programado el festival, es decir, 22 horas de teatro, dividas en jornadas en las que la primera representación comienza a las 11 de la mañana y la última arranca 12 horas más tarde. Y todo en un único encuentro de los 13 que fácilmente se celebran en España a lo largo de un año. "Está Tàrrega, la feria más antigua, por supuesto, Donosti, Palma del Río, Madrid... Huesca es referente en danza y Puertollano, en nuevas propuestas. Nunca acudes a todas, porque a lo mejor tu teatro no programa danza, entonces no tiene sentido que vayas a una cita de estas características", ilustra el programador del teatro de Basauri, que este año cumple 18 en el puesto.

El también presidente de la Red Española de Teatros y director artístico de Sarea señala que busca "todo tipo de espectáculos", su teatro oferta al año 45, de cualquier tipo, género, público y estilo. "Aunque vengas con una idea preestablecida de lo que puedes contratar eso no significa que no veas lo que no vas a poder programar. De todo se aprende". Ahora cobran sentido los saludos. "La labor del programador no es solamente ver, también es compartir", confiesa Ayo. El intercambio de información con los colegas resulta imprescindible en la profesión. "Si estás interesado en alguna obra que se ha representado en Ponferrada o en Alicante, por ejemplo, primero hablas con los programadores de allí. Qué tipo de público ha asistido, si el espectáculo está rodado, si el caché es alto...", enumera aunque luego sentencia, que el último paso antes de contratar nada es ver uno mismo la obra.

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Un autobús espera en la calle a Ayo y a otros programadores. Van directos a la primera función del día, Historias de papel, un espectáculo infantil que se representa en el centro cultural Lugartiz. Antes de despedirse afirma rotundo que el mayor miedo de un programador no es llenar una sala de teatro, "el problema es si no consigues fidelizar a un público".

Gerardo Ayo, junto a un muñeco que representa a Hitchcock.
Gerardo Ayo, junto a un muñeco que representa a Hitchcock.JESÚS URIARTE

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