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Botella culpa al Gobierno del retraso en las plantas que producen biogás

"Está pendiente la necesaria autorización del Ministerio de Industria para poder inyectar [el biogás] en la red general", aseguró ayer la concejal de Medio Ambiente, Ana Botella, durante la comisión del Ayuntamiento. Respondía así al concejal socialista Pedro Santín, que le preguntaba por los usos a los que se destina el biogás que producen las dos plantas de biometanización de Valdemingómez que deberían suministrar combustible a una cuarta parte de los autobuses de la EMT. Botella eludió explicar cuál es la situación actual de las plantas, pero más tarde, a petición de este periódico, aseguró que "lo único que falta para comenzar el aprovechamiento energético del biogás y su producción industrial son las autorizaciones".

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Botella reiteró que, por su parte, está todo a punto: "Hemos dispuesto toda la infraestructura, los equipos funcionan correctamente y la calidad del biogás es la adecuada", precisó. El problema, explica Industria, es que el biogás no está considerado como combustible en la normativa actual, cosa que cambiará con la ley de hidrocarburos de próxima tramitación. "Lo único que no funciona en Valdemingómez son los retrasos del Ministerio", zanjó Botella, que dedicó prácticamente toda su intervención a insistir en esa idea. Para frustración del concejal socialista, que le preguntaba por los retrasos previos, los que han generado un sobrecoste del 120% en las plantas (de 51 millones a 112 hasta la fecha) y varios cambios en el proyecto inicial. No consiguió que Botella lo explicara.

Lo único que comentó sobre la contratación fue que el precio de las obras aumentó para evitar los errores cometidos en otras dos plantas similares, en Barcelona y A Coruña, en las que se estropearon los digestores (donde se produce la fermentación de los desechos que da lugar al gas) al introducir una "textura" equivocada. Santín le recriminó que la construcción, demorada cuatro años, "ha sido una chapuza y un despilfarro de dinero público, un tocomocho y un trato de favor a las constructoras". El concejal añadió que "el proyecto original no garantizaba el funcionamiento de las plantas". El Ayuntamiento aprobó modificaciones de contrato y convalidaciones de gastos que fueron añadiendo 60 millones al coste previsto inicialmente de las plantas de Las Dehesas y La Paloma. "Mire, no le aguanto ni una vez más que nos diga que damos trato de favor", le dijo varias veces.

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