España no es país para jóvenes
El universo funciona según la ley de las compensaciones: lo hemos visto en las recientes mareas vivas por la alineación del Sol, la Tierra y la Luna. En cambio, cuando los tres astros forman un ángulo recto, las fuerzas del Sol y la Luna se restan y las mareas son muertas.
El Estado de bienestar se desarrolló en Europa como contrapeso al prestigio de la URSS y los partidos comunistas tras la Segunda Guerra Mundial. Hoy, desaparecida la URSS, desnortada la izquierda y sin referentes sus antiguos votantes, el Estado de bienestar es un lujo innecesario.
Pero hacía falta el momento necesario que facilitase su desmantelamiento, y la crisis lo ha traído, aunque seguramente ha sido al revés, la crisis no es más que un reajuste de rentas: suben las más altas y bajan las de los trabajadores. Mariano Rajoy ya ha enunciado el nuevo principio: "El mejor Estado de bienestar es el que crea empleo". Y Esperanza Aguirre no tiene inconveniente en declarar que ella se identifica con el liberalismo extremista del Tea Party de Sarah Palin, o sea, la ciudad sin ley o la ley del más fuerte, y se esfuerza en privatizar todo lo público, hasta el agua.
Mientras tanto, los mileuristas son ya pasado, porque ahora solo se ofrece la mitad. Los jóvenes que, además de comer, quieran tener ropa y una vivienda tendrán que emigrar, porque España no es país para jóvenes. Y si ellos emigran, ¿quién cotizará para que los viejos tengamos pensiones.
