Los adolescentes españoles ven menos sexo en Internet que otros europeos
Los padres españoles viven en la inopia respecto al uso que los menores hacen de Internet, en parte por desconocimiento de la tecnología y en parte por falta de tiempo. Pero tampoco una vigilancia excesiva estaría justificada, ya que la inmensa mayoría usa la Red con fines loables: como herramienta de estudio, en primer lugar, y para comunicarse con amigos y conocidos después. Son conclusiones que se desprenden de la encuesta realizada durante 2010 entre 25.000 menores y otros tantos padres de la Unión Europea.
La parte española del sondeo EU Kids Online se presentó ayer en Madrid por los investigadores de la Universidad del País Vasco Maialen Garmedia, Carmelo Garitaonandia y Miguel Ángel Casado. Estos destacaron que los menores españoles están menos afectados por los aspectos negativos de Internet que sus colegas europeos, especialmente en acceso a la pornografía o como víctimas de ciberacoso. También en que solo incluyen en sus contactos a través de las redes sociales a quienes ya conocen previamente (94%, siete puntos por encima de la media europea), lo que reduce el riesgo de seguirle el juego a los desaprensivos.
En cuanto a las visitas a portales de contenido sexual, un 13% de los españoles reconoce hacerlo con cierta periodicidad, frente al 23% de la UE y muy lejos de sus colegas nórdicos (40%). ¿Son más pudorosos o es que no dicen la verdad? Este aspecto es de imposible aclaración por los investigadores.
Lo que sí se comprueba es que a las preguntas más delicadas -porno y acoso- el 80% de los padres asegura que sus hijos son totalmente ajenos a ambos asuntos. Sin embargo, los menores responden afirmativamente en más de la mitad de los casos.
La encuesta confirma la gran aceptación de Internet entre los jóvenes y muestra un uso similar entre españoles y el resto de europeos. El origen social apenas ofrece diferencias en el comportamiento de los menores ante el móvil y el ordenador. Pero sí hay diferencias de género: las adolescentes son víctimas de ciberacoso 10 veces más que los chicos.
