Una familia española trata de huir del cerco de Gadafi a Misrata
"Su casa fue destruida, se han tenido que refugiar en otra, de unos amigos. Pasan muchos apuros. Están deseando huir de Misrata. Piden ayuda". Aiman Abushahma, médico libio, describe a gritos al teléfono -la línea es de mala calidad- la situación por la que pasa una familia española en la tercera ciudad libia, sitiada desde hace más de un mes por fuerzas leales a Muamar el Gadafi.
Abushahma, que atiende a los heridos rebeldes, es sobrino de Omar Abu-Gharsa, de 62 años, un libio natural de Misrata casado con Ascensión Álvarez Peña, nacida en Navalcán (Toledo) hace 49 años, que trabajó para la Embajada de España en Trípoli. El matrimonio y sus cuatro hijos se encuentran ahora en Misrata.
"Todos, especialmente los niños, lo están pasando mal", insiste el doctor Abushahma. Ascensión tiene cuatro hijos, todos ellos españoles: dos varones menores de edad -Ayub, de 10 años, y Omar, de 15- y dos chicas mayores -Sahar, de 22 años, y Saiba, de 24-. "Junto con ellos hay otros europeos en Misrata, en su mayoría ucranios", precisa el doctor Abushahma a través de un teléfono vía satélite.
El exilio libio en España "va a fletar un barco que zarpará de Valencia a finales de esta semana y atracará en Misrata, donde entregará alimentos y medicinas y repatriará a estas familias extranjeras, empezando por los Abu-Gharsa Álvarez", anuncia Omar Omran, un opositor libio que reside en España. "A bordo viajarán también cuatro médicos británicos que atenderán a heridos y enfermos", precisa.
Las autoridades españolas desconocen el proyecto, pero este parece ahora viable porque la coalición internacional anunció ayer, por boca del ministro francés de Defensa, Gerard Longuet, que protegerá a los buques de los insurgentes que vayan a Misrata "para abastecer de alimentos" a la ciudad sitiada, cuya "situación es sumamente difícil".
El barco fletado por el exilio libio en España puede beneficiarse de ese apoyo de la coalición internacional.