La pasión según Madrid

Llega la Semana Santa y, de repente, Madrid se acuerda de la música sacra que suele quedar desplazada de la programación de los grandes teatros el resto del año. En las vísperas del Domingo de Ramos coinciden en la agenda musical una decena de conciertos, repartidos por las principales iglesias de la ciudad y el Auditorio Nacional.

La composición sacra por excelencia es la misa, y, dentro de este género, la que suele esconder la sabiduría compositiva de un músico adquirida a lo largo de su vida es el réquiem. En esta semana que comienza podremos asistir a cuatro conciertos con la música para difuntos de cuatro compositores. El Réquiem de Liszt tiene una especial relevancia porque, en primer lugar, es la primera vez que se toca en España la versión original de la partitura del autor y, en segundo lugar, porque sirve para cerrar el Festival de Arte Sacro de la Comunidad de Madrid. La interpretará el Coro de Voces Graves de la Comunidad esta noche en la parroquia de la Virgen de la Milagrosa.

La música vocal predomina en la programación de salas e iglesias

Otra de las tres misas de difuntos es la alemana de Brahms, ejecutada por la Bamberg Symphony y que tomará el escenario del Auditorio Nacional el miércoles. El viernes llegan las otras dos al mismo recinto: el Réquiem de Mozart -arrastrado por la leyenda de que el compositor se volvió loco creyendo que componía su propia misa de difuntos- será interpretado por la orquesta ucrania de Dnepropetrovsk, y el de Verdi -que en su época fue considerado inadecuado para ser interpretado en una iglesia por su orquestación exuberante- será un experimento en el que la Orquesta Santa Cecilia se acompañará de cuatro coros, uno de ellos participativo.

Pero hay vida más allá de las misas de difuntos, y aunque el momento del año ordena programar música principalmente vocal -igual que en Navidad El Mesías händeliano aterriza en los teatros en todas sus versiones posibles-, hay espacio para los grupos instrumentales y para reivindicar a los compositores patrios del Renacimiento -el único momento de la historia en el que la música europea miró a España para valorar la calidad de sus autores-.

The King's Consort, el grupo liderado por el aclamado director británico Robert King, llegará al Auditorio Nacional el viernes para dar un concierto de música francesa. Especializados en las partituras del barroco, los músicos capitaneados por King han grabado más de 100 discos en los que han dejado su interpretación minuciosa de autores como Händel o Purcell. En esta ocasión, su programa está compuesto por obras de Couperin -incluido su Magnificat- y Marais.

El Ayuntamiento de Madrid también ha configurado un abanico de conciertos que llevarán la música sacra a su lugar original: las iglesias.

La forma más arcaica del canto, el gregoriano, estará representada por un concierto solemne de la Schola Gregoriana de Madrid el Martes Santo en uno de los lugares que más pueden sonar a abadía de la capital: la cripta de la catedral de la Almudena.

Para aquellos que quieran escuchar la calidad de la música renacentista española, encarnada en las personalidades de Francisco Guerrero y Tomás Luis de Victoria, la parroquia del Cristo de la Salud abre sus puertas el sábado al Orfeón de Madrid, un conjunto que año a año ha ido rescatando las partituras del Siglo de Oro de la música española para darlas a conocer al gran público.

Como nota pintoresca, por ser una obra que casi no se programa, es recomendable la propuesta del cuarteto Assai para el miércoles en la parroquia de San Agustín. Las siete últimas palabras de Cristo en la cruz, de Joseph Haydn, entrañan una curiosa anécdota: al austriaco se la encargó el canónigo de la catedral de Cádiz, José Sáenz de Santamaría. Los integrantes del cuarteto han actuado en la Quincena Musical de San Sebastián y han recibido premios en los conservatorios superiores de Moscú, Madrid y La Habana.

Para saber más detalles de la programación, puede consultarse la página web semanasanta.esmadrid.com.