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El final del terrorismo

Zapatero pide a la izquierda 'abertzale' que sea "partícipe de la democracia"

"Hemos derrotado a ETA", da por hecho el 'lehendakari' - El líder socialista dice que Aznar "ni puede ni debe" cuestionar la decisión del Congreso sobre Libia

La Fiesta de la Rosa de los socialistas vascos, la del 125º aniversario del PSE-EE, origen del PSOE, dio ocasión ayer al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y al lehendakari, Patxi López, de realizar una faena al alimón con plena sintonía en los mensajes, tanto en los referidos al terrorismo y la izquierda abertzale como en los enviados al PP por la utilización de la política antiterrorista para combatir al Ejecutivo. Ni uno ni otro realizaron ninguna referencia a las candidaturas con las que la izquierda abertzale pretende concurrir a las elecciones ni respecto de la petición de un "gesto" con los presos supuestamente realizada por los radicales.

"Hemos derrotado a ETA [...] Su final está muy cerca", proclamó López, que evocó los sacrificios, amenazas, agresiones y asesinatos padecidos en el camino por los socialistas. "No admitimos lecciones de nadie sobre cómo defender la libertad y combatir al terrorismo", dijo ante los 6.000 asistentes al acto, en una primera referencia al PP. El lehendakari se mueve en el difícil equilibrio de no transigir con el PP nacional y de poner al servicio del PSOE y de Zapatero su especial legitimidad para ello, mientras salva a los populares vascos, que le sostienen en el Gobierno.

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Zapatero, que advirtió que sería "muy claro" con ETA y con la izquierda abertzale, se encargó personalmente de transmitir los mensajes a sus destinatarios directos: a la banda terrorista le pidió "solo un paso: un paso atrás, el de la renuncia definitiva a la violencia, para siempre y sin condición alguna"; a la izquierda abertzale, en cambio, empezó por reconocerle los que ya ha dado, pero le exigió más. "Les digo: han dado pasos, pero hay que rechazar y alejarse definitivamente de la violencia y ser partícipes de la democracia", dijo, para reclamarle "más pasos, decididos y firmes". "Lo dice el Gobierno y el partido que tanto ha arriesgado por buscar la paz", apostilló, en algo que sonó a evocación del proceso de conversaciones de 2006 y quizá a compromiso con su siguiente afirmación: la de que la democracia "siempre abre sus puertas a quienes lo quieren de verdad". Pero añadió: "Cuatro meses no bastan para convencer después de todo lo que ha pasado en cuarenta años de violencia".

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A la banda terrorista, sin embargo, se limitó a reiterarle la determinación del Gobierno: "Ni para ni va a parar" en su combate. "Lo hemos visto esta semana y la anterior y la anterior, no les vamos a dejar respirar", afirmó, en referencia a las continuas operaciones policiales. Por ello, remachó: "Más le vale [a ETA] que dé el paso atrás definitivo y contribuya a un nuevo escenario".

El presidente del Gobierno utilizó esa misma determinación en la acción policial contra la banda para volver la vista hacia el PP. "Tampoco nos vamos a callar", porque ese partido "persiste en utilizar el terrorismo en la contienda política" y lo hace justamente "cuando el Gobierno detiene comandos y comandos", cuando el final se acerca y se está "ganando día a día", subrayó. Zapatero tachó de "inaceptable" ese proceder del primer partido de la oposición, llamado quizá a culminar el fin de ETA si gobierna en 2012, y el lehendakari lo consideró directamente "indecente".

López tiene la legitimidad de haber encabezado en Euskadi lo que el candidato por Vizcaya a la Diputación, José Antonio Pastor, llamó "la infantería democrática del país" y un cambio cuyo estandarte fue y es la política de tolerancia cero hacia el terrorismo. Y la de haberlo hecho justamente en pacto con los populares.

Zapatero esgrimió también la suya: la de no haber utilizado "jamas" a ETA en la contienda política contra los Gobiernos de José María Aznar. "Jamás, en el Gobierno y en la oposición, hemos utilizado de forma partidista la lucha contra ETA", recalcó. Junto a ello, subrayó su voluntad de seguir en la misma línea. "Vamos a seguir trabajando por la paz y a defender a todos los compañeros que han trabajado y trabajan por la paz", dijo Zapatero, en una alusión directa al presidente del PSE-EE, Jesús Eguiguren. En esa tarea, prosiguió -con la afirmación que quizá levantó más aplausos-, "siempre" se podrá contar con él. "Durante el tiempo que me queda como presidente, pero también después".

López se mostró convencido de que Euskadi se abre a una nueva etapa con el fin de ETA. "Estamos iniciando un nuevo tiempo en Euskadi", dijo, para resaltar que "todos los grupos y personas que han apoyado al terrorismo están cambiando" y saben que solo podrán operar en política sometiéndose a "los principios, normas y leyes de la democracia". "No han terminado su recorrido, pero nosotros sabemos dónde les tenemos que esperar: en el sistema democrático", que integra a quienes aceptan sus reglas y valores.

El PP respondió ayer mismo al presidente del Gobierno por boca del portavoz en el Parlamento vasco, Leopoldo Barreda. El PP "respalda y respaldará" la política antiterrorista del Gobierno socialista, siempre que se garantice que "nos encaminamos a un final incondicional de ETA, sin rebajas en la democracia", dijo. Barreda se arrogó para los populares el papel de garantes de que nadie pueda obtener "concesiones o cesiones del Estado de derecho bajo la amenaza de que ETA vuelva a asesinar". Y tachó de "ambigua" la postura de Zapatero, de quien dijo que había esperado oír ayer "garantías" de que no se van a "rebajar las reglas de juego" para "acoger a aquellos que pretendan colarse en las elecciones", en alusión a la izquierda abertzale.

Como en Albacete, Zapatero hizo mención expresa al expresidente José María Aznar, y una petición directa para que respete las decisiones de la ONU y del Parlamento español sobre Libia y cese en el descrédito de la solvencia económica de España cuando viaja al extranjero. "Me da igual de quién sea amigo Aznar", dijo, en referencia a la consideración que aquel dio a Gadafi, pero "como expresidente del Gobierno no puede y no debe poner en cuestión decisiones respaldadas soberanamente por el Congreso". "Le pido que como expresidente, cuando esté fuera de España, procure hacer lo que todo español: hablar bien de España", añadió.

Zapatero, que no hizo referencia alguna a las primarias que decidirán su sucesión, sí realizó, en cambio, varios guiños al papel de las mujeres. Entre otras cosas, afirmó que las instituciones marchan mejor cuando al frente hay una de ellas. Aprovechó para ello que la danza de saludo tradicional vasca, el Aurresku, también tradicionalmente interpretada por un hombre, la bailó ayer una mujer, y el hecho de que mujer sea también la candidata del PSE al municipio que albergó el acto, Durango (Vizcaya).

Zapatero habla con el presidente de los socialistas vascos, Jesús Eguiguren (derecha), en Durango.
Zapatero habla con el presidente de los socialistas vascos, Jesús Eguiguren (derecha), en Durango.L. A. GARCÍA

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