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"Vamos, papi, que tú puedes acabar este maratón"

Miles de personas se trasladan en metro por toda la ciudad para seguir la carrera

María Reina y Ainara animan a su marido y papá, respectivamente, a las nueve de la mañana en la plaza de Colón. "Vamos, papi, que tú puedes", dice la niña. "Ánimo machote", replica la madre. Desde ese momento, y hasta la llegada al Retiro, María y Ainara también vivirán su propio maratón entre vagones, estaciones, y andenes del metro para seguir al corredor por todo el trazado urbano.

Los más rezagados pasaban por el kilómetro 13 cuando el vencedor, el keniano Moses Arusei, atravesaba la línea de meta. El atleta africano, que en 2009 ya se alzó con el triunfo en Seúl, no solo ganó, sino que además batió el récord con un tiempo de dos horas, 10 minutos y 58 segundos (29 segundos menos que la anterior marca). Le siguió su compatriota Thomson Cherogony, que no consiguió revalidar el título del año pasado, aunque también batió su tiempo personal. De los 10.500 atletas que iniciaron la carrera, 8.583 fueron capaces de terminarla, según datos de la organización.

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Los familiares y amigos se afanaban en su periplo particular. Repasaban el mapa del recorrido una y otra vez. "¿Dónde vamos ahora?", se preguntaban, "yo creo que directamente a la Puerta del Sol ¿no? que ahí seguro que lo pillamos". Otros, no solo perseguían al corredor, sino que se decidieron a acompañarle un tramo de la carrera. Roberto, Antonio y Arantxa optaron por sumarse a sus amigos a falta de 12 kilómetros para el final. "Correremos los últimos con ellos porque son los más difíciles, para darles moral".

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Los atletas coincidían en señalar el trazado con cuestas y, sobre todo, los últimos cinco kilómetros como la mayor dificultad de la carrera madrileña. Sandra Morris, que corría por primera vez en la capital pero que ya lleva en sus gemelos otros tres maratones, como el de Nueva York, explicaba: "En la primera mitad no corría, volaba, pero ya me habían avisado de que la segunda parte era otra historia, sobre todo los últimos siete kilómetros de pendiente".

A las once de la mañana el paseo de Coches del Retiro ya era un hervidero de mujeres, maridos, padres, hermanos, amigos y aficionados a la prueba madrileña. La mayoría de los corredores cruzaban la recta final acompañados de sus hijos, quizá futuros aficionados al atletismo y habituales de los 42.195 metros. "Vamos a correr más que papá", se lamentaba Ana, que de la mano de uno de sus tres hijos salía a media carrera de la estación de metro de Retiro, muy cerca de la meta. "Estoy reventada", explicaba otra mujer en la recta de meta, con el carrito en la mano y con los dos ojos fijos en sus dos hijos.

Pero el colorido de la carrera, en la que participaron más de 16.000 atletas, fue todavía mayor gracias a que algunos hicieron la carrera con disfraces y todo tipo de ropa deportiva. Muchos deportistas portaban banderas de sus países: Argentina, Brasil, Holanda y Venezuela eran algunas de ellas. En otros casos eran las camisetas de los equipos de fútbol, sobre todo de los conjuntos de la Comunidad de Madrid. Juan Pedro, un extremeño que ya ha corrido el maratón madrileño en 25 ocasiones, tuvo unos minutos de felicidad cuando entró en la meta de la mano de sus cuatro hijos: Jorge, Diego, Jaime y Álvaro, que lo hicieron con la camiseta del conjunto colchonero. "Somos seguidores del Atleti y no creo que haya una camiseta mejor", pontificaba este hombre, que aseguraba que Jorge, su hijo mayor, le acompañó durante los últimos 10 kilómetros "haciendo de liebre". Un hecho parecido protagonizó María de Mar García, a quien se vio correr durante más de 100 metros para acompañar a su marido, Frederick James, que cruzó la meta de la mano de sus dos hijos. Uno que se llama como él y el más pequeño, Ángel James. Este deportista hace atletismo desde hace dos años y en esta ocasión se ha preparado para acabar los más de 42 kilómetros de la prueba madrileña: "Para ser mi primera carrera no ha estado mal. Lo pasé muy mal entre los kilómetros 38 y 42. Fue muy complicado, pero al final ha merecido la pena".

Si ellos fueron ayer la cara más joven de la prueba, en el otro extremo la leyenda se llama Antonio Gallardo: tiene 52 años y nunca ha faltado a la carrera. Con este suma ya 71 maratones y asegura que el año que viene volverá, aunque cada vez le cuesta más "bajar de las tres horas". "La última cuesta ha sido criminal", señaló. "El más especial para mí fue el del 82, en el que quedé octavo", recordó. Frente a la entrada del Retiro estaban Antonio Aníbal y Valentín García. Dos veteranos de este deporte que, pertrechados con un tambor y una gaita, animaron durante más de cuatro horas a los atletas: "Yo fui campeón en el 99", aseguraba uno, mientras que el otro explicaba que en 1992 había quedado subcampeón de veteranos. La procesión del Domingo de Ramos en la plaza de Oriente obligó a modificar el trazado del circuito en esta edición para no interferir en la marcha de las palmas. Para algunos, sin embargo, el maratón de ayer tuvo un sentido más de promesa y homenaje que de carrera. Juan Antonio Ruano siempre corría con su amigo Manuel. Ayer corrió solo pero le dedicó el esfuerzo y la entrada a meta a Manolito que en enero falleció en un accidente de moto. Junto al maratón deportivo y al de sus parejas en el metro, los componentes del grupo musical Los Tikinautas también tuvieron que soportar su maratón particular. Permanecieron durante varias horas amenizando el paso de los maratonianos frente a la Puerta de Alcalá. También tuvo trabajo extra el servicio de limpieza del Consistorio. "Ya lo ves, tres bolsas llenas de botellas vacías, cuando normalmente solo tenemos una", relata una empleada municipal, a la salida del parque del Retiro.

Los corredores a su paso por la Castellana.
Los corredores a su paso por la Castellana.CRISTÓBAL MANUEL
El ganador, el keniano Moses Arusie, delante de la Puerta de Alcalá.
El ganador, el keniano Moses Arusie, delante de la Puerta de Alcalá.CRISTÓBAL MANUEL
Un atleta vestido con traje de novia.
Un atleta vestido con traje de novia.CRISTÓBAL MANUEL
Militares de la Brigada de Paracaidistas.
Militares de la Brigada de Paracaidistas.CRISTÓBAL MANUEL
Este domingo, la capital se preparaba para una de las pruebas que más y mejor acogida tiene entre la gente: la maratón. Miles de personas han participado en la prueba. Madrid ha sido testigo del esfuerzo de los corredores, de todo tipo y de todas las edades y sexos.Vídeo: AGENCIA ATLAS

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