_
_
_
_
_
La muerte de Bin Laden

La OTAN seguirá en Afganistán hasta que deje de ser un "refugio de extremistas"

Anders Fogh Rasmussen, secretario general de la OTAN, responde habitualmente de forma rápida (y no pocas veces escurriendo el bulto) a las preguntas que se le plantean en conferencia de prensa. Ayer, en cambio, dudó, pensó y repensó cuando se le inquirió sobre la contradicción entre combatir el terrorismo islamista en Afganistán mientras en el país vecino y aliado, Pakistán, el gran inspirador del terror vivía sin mayores contratiempos. "Es evidente que hay problemas de seguridad en Pakistán", concedió Rasmussen antes de insistir en que "hay que reforzar los lazos con Pakistán". El secretario general también dijo "hablar en nombre de mucha gente que expresa su satisfacción porque se ha hecho justicia" con Osama bin Laden.

Más información
Obama rehúsa publicar la foto de Bin Laden

La desaparición del fundador de Al Qaeda no va a cambiar los planes de la OTAN en Afganistán, y más ahora que ya enfila una puerta de salida. "Nuestro motivo para estar en Afganistán es claro y la estrategia no va a cambiar", aseguró Rasmussen. "Los aliados continuarán la misión hasta asegurarse de que Afganistán jamás volverá a ser un refugio de extremistas".

Un Bin Laden acogido por el régimen talibán planeó en Afganistán los ataques del 11-S y allí estuvo hasta que la intervención estadounidense le obligó en 2001 a buscar refugió en el vecino Pakistán, convertido en retaguardia y vivero de extremistas, con una porosa frontera con Afganistán.

A la deslumbrante luz de los hechos, se le preguntó a Rasmussen si el verdadero problema no es Pakistán, bastión de los extremistas a los que se dice combatir en Afganistán. "Hay que implicar a Pakistán en la búsqueda de una solución al conflicto en Afganistán", respondió tras unos segundos de titubeo.

"Entiendo las preguntas que se plantean, pero la cuestión es clara: hay que reforzar los lazos con Islamabad", prosiguió, pero eludió pronunciarse sobre la legalidad de la muerte de Bin Laden. "No soy un especialista en derecho", precisó. Tampoco es especialista en derecho la física de formación e hija de pastor protestante Angela Merkel, cuya explícita "alegría de que se haya conseguido matar a Bin Laden" tiene revuelta a Alemania. En su comparecencia del lunes ante la prensa, la canciller enfatizó su sentimiento de alegría por la muerte del jefe de Al Qaeda. Ahora su portavoz oficial se ve obligado a hacer equilibrios semánticos para intentar salvar la situación creada.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

"Quien conoce a la canciller sabe que el término 'alegría' debía interpretarse en el contexto de toda su declaración, no en un sentido aislado", se esforzó ayer en explicar Steffen Seiber, para quien el contexto es que "de Bin Laden ya no saldrán más planes de atentados como los que costaron miles de vidas" el 11-S, en Nueva York y Washington, y en los atentados de Madrid y Londres.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_