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Elecciones municipales y autonómicas

Alarte trata de erosionar al PP pese al lastre del PSOE

Las encuestas han puesto las expectativas del PSOE "tan bajas, tan bajas, que ya cualquier resultado es positivo". Lo dijo ayer mismo el ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE, José Blanco. Los socialistas, pese a las pesimistas expectativas, darán la batalla. Y en ese contexto, el líder del PSPV-PSOE, Jorge Alarte, tratará de erosionar el poder del PP que preside Francisco Camps pese al lastre que supone la devaluación general en España de los apoyos al PSOE, incluso tras el anuncio del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de que no se presentará a la reelección el año que viene, como consecuencia de los duros ajustes para hacer frente a la crisis económica.

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Alarte convocó ayer mismo, en el inicio de la romería de la Santa Faz, en Alicante, a los valencianos y valencianas a "recuperar la dignidad" para que la Generalitat "recupere la honradez y la integridad". El candidato, que por la noche abrió la campaña electoral en un acto ante la sede central del PSPV-PSOE, en la valenciana calle de Blanqueries, apeló a "un futuro de empleo y de más libertad y democracia". Insistía, así, en el doble mensaje que ha caracterizado su precampaña y que va a centrar propiamente la campaña electoral: contra la corrupción y por el saneamiento de la Generalitat. Dos requisitos previos a la reactivación económica y el impulso de un nuevo modelo de prosperidad.

El cabeza de lista por Castellón, Francisco Toledo, exrector de la Universitat Jaume I y fichaje estrella de los socialistas para estas elecciones, insistió en un debate celebrado por la mañana en la Facultad de Economía de Valencia en que "el futuro Gobierno socialista de la Generalitat aplicará una profunda reforma económica, de saneamiento, y construirá un modelo más sostenible".

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Derrotar al PP y acabar con un periodo marcado por los escándalos de corrupción, por el endeudamiento de la Administración autonómica y por el sectarismo y la opacidad es el objetivo que se marca la campaña de Alarte, cuyos colaboradores señalan, fuera de micrófono, que un resultado razonable sería estar en porcentajes por encima de los conseguidos en las autonómicas de 2007, que situaron al PSPV-PSOE en un 34% de los votos. Si además ese resultado se conjuga con una pérdida de apoyos de Camps hasta situarlo por debajo del 50%, se habrá puesto la primera piedra para una batalla política que no habrá hecho más que empezar, dado el complejo panorama judicial que espera al presidente de la Generalitat y a la cúpula de su partido a causa del caso Gürtel.

La inestabilidad institucional es algo que en las filas socialistas se plantea como algo más que una intuición. "Estamos listos y preparados para continuar trabajando en construir un camino posible, distinto, para el futuro de los cinco millones de ciudadanos y ciudadanas de Alicante, Castellón y Valencia", dijo ayer Alarte.

Mientras, en la sede socialista, la portavoz del comité electoral, la diputada Carmen Ninet, calentaba el debate de hoy en Canal 9, el único al que comparecerá Francisco Camps y que, en realidad, será una sucesión de monólogos de los aspirantes de las cuatro fuerzas con representación parlamentaria, sin interpelaciones entre ellos y con el tiempo tasado según la representatividad. "Hemos exigido que se nos facilite una copia del programa, sin cortes, nada más acabe la grabación", señaló Ninet, que se quejó de que el debate se emita en diferido y no en directo, como ocurre en TVE. La portavoz socialista retó también a Camps a acudir al debate cara a cara convocado hoy por la Cadena SER.

La aspiración de los socialistas, en definitiva, es convertir su compromiso contra la corrupción y por la reactivación de la economía en una corriente que encuentre en las elecciones del 22 de mayo un punto de apoyo que eluda la reproducción de las viejas batallas internas e impulse la renovación generacional que abandera Alarte. Para echarles una mano, José Blanco advirtió ayer en una entrevista en TVE que "la culpa de la que la Comunidad Valenciana sea la más endeudada de España, del despilfarro, de que al día siguiente de las elecciones tendrán que hacer un ajuste de caballo que afectará a la sanidad, a la educación pública y a todo, no es de Zapatero. Es responsable el Gobierno de Francisco Camps".

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