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Los talibanes lanzan ataques coordinados en Kandahar

La insurgencia talibán, incluyendo seis atacantes suicidas, golpeó ayer una serie de objetivos gubernamentales en la sureña ciudad de Kandahar, feudo de los radicales islámicos hasta la invasión de EE UU a finales de 2001. Un portavoz talibán declaró que los ataques estaban decididos y preparados desde hace tiempo. Sin embargo, el presidente afgano, Hamid Karzai, los consideró como la respuesta de los extremistas a la muerte, el domingo pasado, del líder de Al Qaeda en una operación de las fuerzas especiales de EE UU en Pakistán.

El Ejército afgano repelió a los atacantes. Al menos dos personas murieron y otras 29 resultaron heridas, entre ellas 10 miembros de las fuerzas de seguridad afganas. Los atentados comenzaron con una explosión cerca de la sede del gobierno provincial, en el corazón de la ciudad. Después se sucedieron otras explosiones en distintas zonas de la ciudad en lo que parecía ser una serie coordinada de ataques.

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Algunos insurgentes intentaron sin éxito acceder a una comisaría de la policía cercana, pero fueron tiroteados o detenidos por los agentes, mientras que el resto de los agresores se atrincheró en un hotel y siguió disparando desde allí. De manera simultánea, otro grupo de insurgentes atacó un edificio de los servicios de inteligencia afganos y un complejo policial en las afueras de la ciudad, según indicó un portavoz del gobierno local.

Asalto a escuelas

Karzai condenó el asalto y precisó que entre los objetivos atacados hubo también una escuela femenina, otra masculina, una unidad de orden público y un edificio administrativo, según un comunicado difundido por su oficina. La ofensiva duró algo más de cuatro horas hasta que las fuerzas de seguridad recuperaron el control.

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Por otra parte, hasta ayer los talibanes no reconocieron oficialmente la muerte del líder de Al Qaeda. El portavoz talibán Zabiulá Muyahid aceptó como válida la confirmación emitida el viernes por la organización terrorista sobre que Bin Laden fue abatido en una operación de EE UU. Muyahid calificó la muerte de Bin Laden de "gran tragedia" para el movimiento insurgente afgano y destacó que Washington está equivocado si cree que se debilitara la moral de los combatientes del movimiento insurgente. "Esto guiará a cientos a tomar el camino del martirio y el sacrificio", subrayó.

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