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Crónica:MUNDIAL DE F-1 | Gran Premio de Turquía
Crónica
Texto informativo con interpretación

Vettel va sobrado

El alemán suma tres victorias en las cuatro carreras del Mundial y Alonso es tercero, su primer podio

Oriol Puigdemont

Por más palos que históricamente se haya llevado la Federación Internacional del Automóvil por su forma de manejar los campeonatos que tutela, el pelotón que mide sus fuerzas en el Mundial de fórmula 1 no ha tenido más remedio que rendirse a la evidencia esta vez y reconocer su acierto. La ristra de cambios que han entrado en vigor han revitalizado un certamen que comenzaba a mostrar signos de agotamiento. De todos ellos hay uno, el alerón trasero móvil (DRS), que ha revolucionado las carreras, tanto para los que dirigen los equipos como para la hinchada, que apenas puede despistarse un momento para ir al baño porque corre serio peligro de perderse algo gordo. Parece mentira que una sola pieza haya podido cambiarle el gesto a una disciplina que ahora es más reconocible que nunca gracias a su elemento más llamativo: los adelantamientos.

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Con la nueva normativa no es fácil enterarse de qué coche corre, qué coche corre más y qué coche es el que más corre. En este último caso la respuesta es un poquito más fácil porque casi siempre, al menos en lo que llevamos de calendario, se trata del que conduce Sebastian Vettel, el actual campeón, el más joven en haberlo logrado (23 años, 4 meses y 11 días) y el chico de oro del automovilismo actual. El título que logró el año pasado en Abu Dabi parece haberle quitado un enorme peso al piloto que, hasta entonces, era como una montaña rusa, capaz de firmar domingos geniales, pero también propenso a desquiciarse y echarlo todo a perder. Ahora es otro, controla su ritmo cardíaco y hasta puede permitirse el lujo de tirar a la basura una jornada de ensayos (el viernes se estampó contra el muro y no pudo volver a rodar), y a pesar de eso adjudicarse la pole, el sábado, y llevarse la carrera, el domingo. La que ayer se apuntó es su tercera victoria de cuatro posibles, unos números abrumadores, a los que hay que añadir que la única vez que no ha ganado, en China, firmó un segundo puesto.

La destreza que esconde en sus manos es tan incontestable como la superioridad mecánica de su monoplaza. Junto a Mark Webber, que terminó segundo, el circuito de Estambul asistió ayer al primer doblete de la temporada de Red Bull, una escudería que en su corto recorrido ya acumula un total de nueve y que se ha convertido en la cuarta más fructífera en ese apartado, por detrás de Ferrari (81), McLaren (47) y Williams (33). El tercero en cruzar la meta fue Fernando Alonso, que protagonizó su mejor carrera de la temporada y, finalmente, se pudo subir al podio. El español, además, no concluyó el segundo porque el RB7 aún está por delante del 150º Italia cuando ambos calzan neumáticos más duros.

A diferencia de lo que había ocurrido hasta ahora, las estructuras punteras optaron por la misma estrategia y programaron el gran premio a cuatro paradas. Vettel salió como un disparo y campó a sus anchas las 58 vueltas mientras que a sus espaldas se liaba la marimorena, casi siempre en la recta de atrás, el único tramo en el que se podía recurrir al DRS. Los bailes fueron constantes entre Rosberg y Massa, y Hamilton y Button, que se pasaron y repasaron cada dos por tres.

Webber y Alonso solo se enredaron dos veces, tras la segunda parada en los talleres y, al final, a falta de siete giros para la bandera de cuadros. Primero fue el español quien superó al australiano cuando los dos bólidos calzaban las gomas blandas y después fue el Red Bull el que abrasó al Ferrari, ya con las duras, en dos maniobras muy parecidas. El secreto, en este caso, residía en pegarse tanto como fuera posible al que iba delante, enfilar a toda mecha la curva anterior, llegar a la altura del adversario, salir de su rebufo para tratar de volver a cerrarse después y, así, ganarse el derecho a tomar por el interior el siguiente viraje, a la izquierda.

La escena se repitió alrededor de 70 veces, más del doble que en 2010 (27), y el único que no estuvo en ninguna fue Vettel, que lideró la prueba de cabo a rabo y que incluso llegó a reconocer que aún le quedaba margen para haber forzado un poquito más en caso de haberlo necesitado.

Sebastian Vettel celebra su triunfo en el Gran Premio de Turquía con los miembros del equipo Red Bull tras cruzar la línea de meta.
Sebastian Vettel celebra su triunfo en el Gran Premio de Turquía con los miembros del equipo Red Bull tras cruzar la línea de meta.FRANK AUGSTEIN (AP)
Alonso logra el tercer puesto por detrás de los Red Bull . <strong>Especial: <a href="http://www.elpais.com/deportes/formula1/">Mundial de Fórmula 1</a></strong>

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