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Pakistán impide que EE UU interrogue a las mujeres de la casa de Bin Laden

Entre los 16 detenidos tras el asalto hay al menos una viuda del terrorista

Ángeles Espinosa

¿Qué saben las mujeres? Cualquiera que sea la respuesta, Estados Unidos quisiera tener acceso a las cuatro que sus comandos dejaron maniatadas, junto a una docena de menores, en la casa de Abbottabad en la que mataron a Osama bin Laden. Al menos una de ellas es viuda del desaparecido terrorista. De momento, se hallan bajo control de los servicios secretos paquistaníes que, ofendidos por la intervención de su aliado, se hacen de rogar y se limitan a filtrar datos, a veces contradictorios, sobre la singular familia.

"Llegamos a Abbottabad hace cinco años, y ni Abu Hamza ni yo salíamos de la habitación por temor a ser detectados", habría declarado Amal, la más joven de las esposas de Bin Laden, a sus custodios paquistaníes. Abu Hamza (padre de Hamza) es como el terrorista era conocido entre sus allegados, en referencia a su hijo favorito, el único que tuvo con Jairiah, su tercera mujer. En sus cinco matrimonios, trajo al mundo una veintena de retoños.

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Bin Laden se casó por primera vez a los 17 años con la siria Najwa Ghanem. Luego vinieron tres esposas saudíes: Jadicha Sharif, Jairiah Saber y Siham Saber. La segunda de ellas no aguantó el exilio en Sudán y regresó a Arabia Saudí. Osama debió de concederle el divorcio, ya que el islam limita la poligamia a cuatro mujeres y él se unió a Amal, que hacía la quinta, una vez en Afganistán, adonde la familia se trasladó al completo en 1996. Esos y otros detalles familiares se conocieron a raíz de un libro que Nawja y su hijo Omar publicaron hace tres años, Growing up Bin Laden. Omar, que en el texto se distanciaba de las actividades de su padre, emitió ayer un comunicado en el que acusa a EE UU de "violar la legalidad internacional al matar a un hombre desarmado".

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Desde el principio se dijo que Amal Ahmed Abdulfattah al Sadah se encontraba junto a Bin Laden en el momento de la operación estadounidense. Es la mujer que al parecer intentó protegerle y resultó herida de bala en una pierna. Según una fotocopia de su pasaporte difundida por los medios paquistaníes, Al Sadah es yemení y tiene 29 años, 25 menos que su fallecido marido.

A pesar de la diferencia de edad, el de Amal es un amor a prueba de bombas. Tras escapar de los ataques estadounidenses sobre Afganistán a finales de 2001, ella y su hija recién nacida, Safiyah, regresaron a Yemen con la ayuda de funcionarios paquistaníes. Al año siguiente incluso concedió una entrevista a una revista saudí, Al Majalla, en la que contaba que al líder de Al Qaeda le gustaba el yogur, apenas probaba la carne y se repartía entre las cuatro esposas. "Me visita una vez a la semana", declaró. Lo que no se sabe, y eso puede interesar mucho a Washington, es cómo logró reunirse con él después.

No está claro si los primeros paquistaníes que llegaron a la casa de Abbottabad tras la operación encontraron a 16 o a 17 personas. Las cifras varían, según la fuente. Además, un responsable de la seguridad, en declaraciones a la televisión norteamericana ABC, ha sembrado dudas sobre si Hamza estaba allí y logró escapar.

Los portavoces oficiales aseguran que todo el grupo se encuentra a buen recaudo. Pero no han facilitado datos sobre su identidad. Según Asad Munir, un exagente de los servicios secretos paquistaníes consultado por este diario, los adultos son una mujer de Swat, presumiblemente la esposa de uno de los dos hermanos propietarios de la finca y que murieron en el asalto, y tres cónyuges de Bin Laden.

Dado que la primera de ellas regresó a Siria poco antes del 11-S, tendría que tratarse de Jairiah y Siham. De hecho, entre las filtraciones publicadas en la prensa paquistaní hay una entrañable referencia a que Jairiah, a quien se atribuye un doctorado en leyes islámicas, escolarizaba a los pequeños Bin Laden en casa. Ocho de los 12 o 13 niños encontrados en Abbottabad serían hijos o nietos de Osama, según Munir.

Sin embargo, a Siham se la dio por muerta con sus tres hijas durante los bombardeos de Afganistán en 2001 y hasta ahora se pensaba que Jairiah, la madre de Hamza, se encontraba en Irán, adonde ella y al menos seis hijos del terrorista huyeron a finales de aquel año. Su peripecia quedó confirmada a principios del año pasado cuando una de las chicas, Iman (hija de Najwa), se escapó de la vigilancia iraní. A falta de más datos, también cabe que las misteriosas mujeres sean una hija y una nuera de Bin Laden.

Algunos analistas dudan de que las féminas conozcan información relevante dado que, según la rigurosa interpretación del islam que seguía Bin Laden, permanecían absolutamente segregadas de cualquier varón que no fuera miembro de la familia. "Algo deben de saber. Son mujeres educadas, que se han movido con el jeque, que han oído conversaciones... Sus testimonios pueden ayudar a corroborar datos", asegura un observador.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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