Trichet dice que las democracias no soportarían volver a ayudar a la banca
El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, alertó ayer de que hay grupos de presión (es fácil imaginar cuáles son) que piden que se detengan las reformas que elevan los controles sobre la banca. La excusa es que ya se está iniciando la recuperación económica y que la regulación "es contraproducente".
Trichet afirmó estar "absolutamente" en contra y advirtió que "las democracias y los ciudadanos no permitirían, por segunda vez, que los Gobiernos movilizaran el 27% del PIB de Europa y Estados Unidos para evitar el colapso del sector financiero".
Trichet, que participó con el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, en el III Encuentro sobre la reforma del sistema financiero organizado por Expansión y KPMG, aseguró que es "obligatorio" que las autoridades y el sector privado continúen implantando medidas en el sistema financiero "con determinación inflexible". Trichet, que abandonará el cargo en octubre, dijo que el objetivo de la reforma de Basilea III es evitar que se repitan crisis como la actual y que las paguen los contribuyentes.
Miguel Martín, presidente de la patronal bancaria AEB, rebatió a Trichet al decir que las crisis no se atajan solo con los controles de capital y liquidez sobre las entidades. "Los tipos de interés determinan el coste del endeudamiento por lo que son determinantes", dijo citando a Jaime Caruana, exgobernador del Banco de España y director general del BIS. De alguna manera, le recordó su responsabilidad en la burbuja al mantener bajos los tipos.
Por otro lado, José María Méndez, director general de la CECA, recordó que la nueva ley sobre recapitalización "ha drenado a las autonomías de competencias en supervisión".