_
_
_
_
_
GIRO | 10ª etapa

La guerra del pinganillo

Carlos Arribas

El año que viene, para aprovechar el parque de pinganillos inútiles, pues estarán prohibidos en las carreras, la UCI podría utilizarlos para obligar a los ciclistas a denunciar conductas incorrectas en el pelotón, como agarrarse a un coche para subir un puerto. Habría más limpieza, más responsabilidad, y no harían falta comisarios. Sin embargo, se antoja impracticable porque los equipos no parecen dispuestos a dar por perdida la batalla de los pinganillos.

El pasado fin de semana, el presidente de su asociación, Jonathan Vaughters, envió un correo electrónico a todos los directores recordándoles que el boicoteo a la carrera de Pekín, en octubre, sigue en pie porque el presidente de la UCI, Pat McQuaid, no ha respondido a su carta del 4 de marzo, en la que exigían reunirse para discutir el asunto. Recordaba también Vaughters cómo el accidente mortal de Weylandt pone en primer plano que la seguridad es una asignatura pendiente.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_