La violencia se intensifica en Yemen con 38 muertos
Los enfrentamientos armados entre las fuerzas leales al presidente de Yemen, Alí Abdulá Saleh, y las milicias del poderoso dirigente tribal Sadiq al Ahmar se intensificaron ayer en el centro de la capital, Saná. Alrededor de 38 personas murieron en los combates.
"Se podía oír en todas partes el sonido de la artillería y los disparos de mortero", aseguró un testigo, que también explicó que podía ver humo saliendo de la zona de entrada del Ministerio de Interior.
Ambos bandos protagonizaron nuevos combates por segundo día consecutivo. Los principales choques se registraron en las calles que rodean una mansión fuertemente fortificada perteneciente al poderoso -económica y políticamente- clan de los Al Ahmar, al que el Gobierno acusó el lunes de incendiar un colegio y la sede de la agencia estatal de noticias. Por su parte, los responsables de Al Ahmar aseguraron que las fuerzas gubernamentales habían abierto fuego contra sus guardias en el momento en que intentaban impedir la entrada de los soldados en el colegio. Según Al Ahmar (la confederación tribal más poderosa del país), las fuerzas de Salé disponían de un arsenal en el centro escolar.
Los enfrentamientos se producen en el contexto de las movilizaciones políticas que vive el país desde hace tres meses, inspiradas en las exitosas revueltas de Egipto y Túnez. El pasado domingo se produjo el enésimo fracaso de las labores de mediación del Consejo de Cooperación del Golfo para poner fin a la crisis, después de que Saleh se negara a firmar un acuerdo con la oposición que le obligaba a dimitir pero, al mismo tiempo, le garantizaba la inmunidad.
El presidente Saleh ha afirmado, a través de su viceministro del Interior, Abdu al Janadi, que tanto las fuerzas de Al Ahmar como las fuerzas de seguridad deben cesar los combates. El mandatario ha "instado a los elementos armados a retirarse de los ministerios que están ocupando".
