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Reportaje:LA TRASTIENDA DEL 'CIRCO' | MUNDIAL DE F-1 | Gran Premio de Mónaco

La sombra de Petrov

Xavi Martos entrena al ruso, que ayer sufrió un accidente, para resolver situaciones extremas

Sentado en su mesa del Gimnasio Mocri de Barcelona, Xavier Martos reflexiona. Trabaja con un amplio equipo de colaboradores, encabezado por Joan Soler, catedrático de Teoría del Entrenamiento, y Gerard Mora, investigador en Educación Física, y buscan fórmulas para colocar al piloto Vitaly Petrov en situaciones límite, con el fin de prepararle para cualquier carrera. Su relación comenzó cuando el piloto ruso, de 26 años, corría en GP2. Era su preparador físico y actuaba también un poco de mentor. Cuando dio el salto a la F-1 el año pasado, en Renault, quiso que Martos le siguiera.

"Fue un gran reto, porque la exigencia es muy superior", comenta Martos. "Por eso nos planteamos hacer una sólida pretemporada en Barcelona".

"La tensión es tal que a veces acaba con sangre en las manos", dice el preparador
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Petrov aceptó. Viajó a Barcelona en invierno para someterse a las duras condiciones del programa Elite Performance. Le metieron en un coche de calor para simular las condiciones de Malasia y fueron subiendo la temperatura hasta los 45 grados, mientras le obligaban a realizar otras tareas para poner a prueba su atención. Y después, sin tiempo para recuperarse, le situaron en una cinta que fue subiendo la velocidad hasta que su corazón alcanzó las pulsaciones deseadas. Fue entonces cuando le sentaron frente a un volante en el simulador a nivel máximo, con un casco cuya visera limitaba su visión para comprobar si era capaz de conducir sin errores.

"Lo que se encuentra en los circuitos no alcanza ese nivel de dificultad", afirma Martos. "Sin embargo, si él ha sido capaz de acostumbrarse a trabajar al límite, con un calor asfixiante, con tareas diversificadas, con poca visibilidad, puede llegar a sentirse cómodo cuando afronte las situaciones más difíciles de una carrera".

El mismo planteamiento es válido para la máquina especial con la que trabajan el cuello del piloto, la parte del cuerpo que más sufre durante las carreras. "Les sometemos a fuerzas centrífugas de 30 y hasta 40 kilos, lo que supone una fuerza de 5G, superior a la que producen las peores curvas del Mundial. La sesión dura 45 minutos. Pero para un piloto es fundamental tener el cuello muy fuerte", agrega Martos. La última tortura es la plataforma de vibraciones. "Allí conseguimos mejorar la masa muscular en manos, brazos, piernas y abdominales, a través de contracciones musculares automáticas".

"Intentamos preverlo todo", agrega Martos. "La tensión en competición es tal que algunas veces Vitaly acaba con sangre en las manos". En los circuitos, sin embargo, el trabajo es más básico. "Bicicleta los jueves a poca intensidad y trabajo de relajación. Hasta el domingo, en que nos activamos a las 10, con bicicleta y trabajo abdominal, estiramientos... Una hora antes de la carrera, realizamos masaje, ejercicios de coordinación, y activación del cuello".

Y luego Petrov se pone el mono y a la parrilla. "Y entonces ya no sabes si desearle suerte o no. Si lo hiciste en la última carrera y le fue bien, se lo dices. Si no, solo le das un golpecito en la espalda de ánimo. Cuando se ponen el casco, están tensos e irascibles, necesitan saber que todo está en su sitio y cualquier tontería -como una toalla mal puesta- se magnifica. No puedes equivocarte en nada". Petrov, tampoco. Se juega la vida. Como ayer, cuando se vio envuelto en un choque con Hamilton y Alguersuari y acabó estrellando el monoplaza contra las protecciones. Tras pasar por el Hospital de la Princess Grace, el piloto ruso fue dado de alta.

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