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La guerra de las cuentas públicas

Feijóo enseña el camino al PP

El presidente gallego ya denunció en 2009 un agujero que haría peligrar las nóminas, pero nunca se dejaron de cobrar

La hecatombe de las cuentas públicas que augura ahora el PP en las comunidades que debe gobernar ya la pregonó hace más de dos años en Galicia Alberto Núñez Feijóo. Tampoco las alusiones de los dirigentes populares a los coches oficiales, el supuesto lujo y el dispendio con que viven las Administraciones socialistas tienen nada de originales. En vísperas de las autonómicas gallegas, en 2009, Núñez Feijóo desató una campaña para acusar de despilfarro al expresidente socialista Emilio Pérez Touriño, basada en la compra de un Audi A8 blindado, similar a los dos que tenía Fraga y a los que trasladaban por entonces a Gallardón, Camps y Rita Barberá.

Nada más llegar al poder, Feijóo se deshizo de la berlina de su antecesor por un tercio de lo que había costado y enajenó otros 17 audis comprados por Fraga. Al poco de tomar posesión, se subió a un Citroën sin blindar y un mes después ya ensayaba un discurso nuevo: el de los agujeros en el Presupuesto, la herencia envenenada que, según sus términos, le había legado el bipartito de PSOE y BNG. Feijóo tomó posesión el 18 de abril y el 8 de mayo de ese año ya había detectado una falla de 600 millones de euros en las cuentas. Según explicó ese día en una entrevista en Onda Cero, la falta de fondos hacía peligrar "la paga de trienios al personal facultativo, las guardias médicas, el gasto farmacéutico e, incluso, una campaña contraincendios razonable".

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Nada de eso llegó a suceder, pese a que los cálculos del presidente pronto elevaron el presunto agujero hasta 1.200 millones de euros. Al cierre de 2009 Feijóo lo cifraba ya en 2.550 millones. Computaba así los fondos que la Xunta deberá devolver al Estado en los próximos cuatro años por el dinero que recibió entre 2008 y 2009 tras una previsión de impuestos que no contó con la crisis. De ese supuesto desfase de 2.500 milones, 1.950 corresponden al ejercicio de 2009 que el propio Feijóo gestionó entre abril y diciembre de ese año.

La última queja del presidente gallego tiene que ver con el fondo de cooperación, 243 millones que el Gobierno central incluyó en el nuevo modelo de financiación pero que no pagará a las comunidades hasta 2013. La nueva Xunta del PP hizo entonces lo que reprochaba a sus antecesores y, pese a todo, incluyó la partida en el Presupuesto para seguir cargando contra Zapatero y Touriño como culpables de los recortes. Entretanto, el cacareado plan de austeridad del PP ha suprimido 42 entes administrativos, la mayoría creados por Fraga, hasta ahorrar, según sus datos, 20 millones. Galicia es junto a Madrid la única comunidad que ha cumplido desde 2009 con los objetivos de déficit presupuestario e incluso cerró el último trimestre con superávit. Y a pesar de los agujeros, los médicos, los bomberos y las farmacias han seguido cobrando.

Feijóo, entre Rudi y Aguirre, en la junta directiva del PP.
Feijóo, entre Rudi y Aguirre, en la junta directiva del PP.U. M.
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