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López detraerá dinero de otros departamentos para crear empleo

El presidente de SEA pide "trabajar más horas y mejor" como receta de futuro

La asamblea anual de SEA/Empresarios Alaveses dio ayer ocasión de escuchar dos discursos con bastantes diferencias. De un lado, el de su presidente, Juan José Azurmendi, que dibujó un sombrío panorama, basado en los datos más negativos que ofrece la realidad económica; de otro, el del lehendakari, Patxi López. Este afirmó que los próximos meses pueden afrontarse "alejados del pesimismo" y puso el énfasis en los elementos más esperanzadores de esa misma realidad. López comprometió a su ejecutivo entero con la prioridad de "crear empleo cuanto más rápidamente mejor" y afirmó que desplazará a ese menester recursos de otros departamentos, aunque no completó el anuncio con precisión alguna.

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La asamblea anual de SEA contó también con la presencia del ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, que ofreció una conferencia bajo el título Crisis y reformas, urgencias de una nueva época.

Azurmendi, cuyo discurso ante la asamblea se correspondió casi exactamente con el que luego leyó en la parte pública del acto, sí resaltó como único dato positivo que los empresarios trabajan desde hace unos meses sin la presión de la amenaza y el chantaje de ETA. A renglón seguido pidió "a quienes tienen capacidad de hacerlo" y parafraseando a Juan Pablo II, que trabajen "con inteligencia y corazón" para que el fin de esa "atroz hipoteca" sea irreversible. También instó a que los gobiernos que se constituyan a raíz de las elecciones sean "sólidos, ejecutivos y estables".

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El presidente de SEA realizó un crudo retrato de la situación de la economía alavesa, metida dijo, en "un cuello de botella", en el que "tres de cada cuatro empresas "constatan con crudeza haber perdido la leve recuperación experimentada en los diez meses anteriores". Aunque hay una división entre las que consideran que el mercado está en reactivación (el 20%) y las que creen que está en recesión (el 15%) "todas coinciden en que el comportamiento del mercado ha sido peor de lo previsto", resaltó y "la mitad presenta ratios inferiores de facturación interanual".

Azurmendi admitió también que todas esperan una mejoría para el segundo semestre y que siete de cada diez preven mantener el empleo y la inversión en I+D+i, pese a lo cual términos como "renqueante", en referencia a la salida de los números rojos o "presa de la desconfianza", en relación con la demanda interna, predominaron en su intervención. Queda un "largo y duro trayecto hasta el final del túnel" pronosticó, ante el que pidió "seguir muy alerta".

Azurmendi alabó a los empresarios, que toman "decisiones arriesgadas y valientes", dijo, e instó a "otros agentes" a hacerlo también, en referencia implícita al Gobierno y a los sindicatos. "Hacen falta decisiones de alcance y con visión de futuro" en la reforma laboral y en la negociación colectiva, reclamó, "nuevas recetas y no viejos remedios" si se quiere que el tejido productivo perviva. Ofreció la suya para recuperar el empleo, aumentar la productividad y contener los costes: "Hay que trabajar más horas y mejor", reclamó, con flexibilidad, contención salarial, movilidad de los empleados y lucha contra el absentismo.

Por su parte, el lehendakari, que acudió acompañado por los consejeros de Economía y Hacienda, Carlos Aguirre, y Empleo, Gemma Zabaleta, puso en el acento en las luces: son más que las sombras de los últimos años, aseguró. Aún manteniendo "ciertas cautelas", es bueno decirlo, sostuvo, porque hay que lanzar "mensajes de confianza, tan alejados de catastrofismos como de autocomplacencias" para generar dinámicas mayores de consumo privado. "Tenemos que seguir haciendo esfuerzos", admitió, "pero a la vez, debemos ser capaces de transmitir que, los esfuerzos, están sirviendo para algo". "Porque es verdad", enfatizó, que así está siendo.

López rememoró que recogió hace dos años una herencia "al borde la insostenibilidad del sistema", fruto de que los ejecutivos anteriores, que administraron los tiempos de bonanza, no los aprovecharon para realizar los cambios, inversiones y reformas que habrían sido precisos. Álava fue el territorio que más sufrió esa "desviación en el punto de mira", afirmó.

Coincidió con Azurmendi en la necesidad de superar paradigmas del pasado, pero enfatizó en que los que vengan a sustituirlos deberán traer "un equilibrio de los beneficios y las cargas" entre "trabajadores y capital, entre gerencia y sindicatos".

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