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El pulso entre Merkel y el BCE deja a Grecia al borde del abismo

La zona euro teme otro tsunami financiero si no logra un pacto

Los 17 ministros de Economía de la zona euro se reunieron ayer de forma extraordinaria en Bruselas acuciados por la presión de la crisis griega y en busca de una solución de socorro para Atenas. La reunión puso de relieve la división entre los partidarios de implicar por la fuerza en el rescate heleno al sector privado -capitaneados por Alemania, cuyas tesis dan pábulo a la insolvencia griega y, con ella, al cuestionamiento de la eurozona por los mercados- y quienes abogaban por la participación voluntaria, como el Banco Central Europeo, Francia, Bélgica y España, entre otros.

Los ministros fracasaron a la hora de consensuar una fórmula que, pese a implicar al sector privado, no sea considerada por los mercados como una quiebra técnica disfrazada y desate un nuevo tsunami financiero. Volverán a reunirse este domingo en Luxemburgo de forma extraordinaria ante la certidumbre de que la ayuda de 110.000 millones comprometidos el año pasado por la UE y por el FMI para sacar a Grecia del agujero son insuficientes, por lo que hará falta otro rescate multimillonario. La falta de acuerdo sitúa a Grecia al borde del abismo y mete presión a otros países periféricos, entre ellos España.

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