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El Zaragoza admite que su dueño participa en el fondo para fichajes

La Liga Profesional critica la 'operación Roberto' por 8,6 millones y la plantilla, a la que el club adeuda casi 15, pide explicaciones a su máximo accionista, Agapito Iglesias

El fichaje de Roberto por el Zaragoza, que adeuda 134 millones, a través de un fondo de inversión desató ayer un nuevo terremoto en el fútbol. La Bolsa portuguesa suspendió la cotización del Benfica, club de procedencia del portero, para pedir más información sobre un traspaso que asciende a 8,6 millones. La entidad lisboeta declaró que la aragonesa solo ha pagado 86.000 euros, el equivalente al coste de su ficha federativa. ¿El resto? "Una sociedad de derecho española situada a un nivel más elevado que el Zaragoza", según el Benfica. Una operación que mereció el rechazo de la Liga de Fútbol Profesional, que decidió "no adherirse" al convenio de acreedores del Zaragoza al estar en desacuerdo con la forma de actuar del club, que adeuda a la patronal 1,6 millones. La plantilla, concentrada en Inglaterra, pidió explicaciones al máximo accionista, Agapito Iglesias. A finales de mayo, la deuda con los futbolistas era de 14.489.630 euros.

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Pese a la tormenta, nadie quiso revelar públicamente el nombre y los gestores del fondo de inversión que intermedió. No obstante, un portavoz del Zaragoza manifestó a EL PAÍS que Iglesias participa en él. "El señor Agapito Iglesias participa en este fondo, pero no queremos desvelar nada más porque no es normal. Es un mercado en el que hay inversores dispares y debemos respetar su derecho a la confidencialidad", confirmó tras negarse el presidente a hablar con este diario. Antes, en un comunicado, el club había explicado que tiene dos prioridades: sanear su situación económica y configurar la mejor plantilla posible a pesar de las dificultades.

"Para conseguirlo solo hay tres opciones", aseguran los responsables del Zaragoza. Recurrir, explican, a jugadores por los que no haya que pagar traspaso o que sean cedidos, fórmulas habituales entre los equipos modestos. "La tercera", añaden, "es recurrir a terceros, generalmente fondos especializados, para que sean los que arriesguen la ayuda financiera necesaria para materializar fichajes de jugadores con experiencia sin comprometer el saneamiento de las cuentas del club. Es otra práctica habitual en equipos de todo el mundo y un sistema beneficioso para el Zaragoza en esta hora. Por eso lo hemos empleado y trataremos de seguir haciéndolo con el apoyo y la confianza de nuestra plantilla y su técnico, que alientan expresamente tales gestiones". Este tipo de fondos suele captar jugadores con proyección, los cede y se reserva los derechos económicos sobre ellos.

Antes, la plantilla del Zaragoza había pedido explicaciones a Iglesias. "Es normal que este fichaje sea motivo de comentario entre nosotros. Es una fórmula que nos ha dejado muy sorprendidos a todos. No entendemos cómo puede llegar a hacerse algo así", había dicho Uche el martes. Ponzio, el capitán, dijo ayer que el presidente les había detallado el caso.

A pesar de estas explicaciones, nadie quiere dar el nombre de la sociedad que ha convertido a Roberto, con una única temporada más que irregular en el Benfica, pero que sí se ganó el elogio general del aficionado del Zaragoza hace dos cursos -fue cedido por el Atlético en el mercado invernal de 2010-, en el séptimo fichaje nacional más caro de la Liga española este verano. Aunque diversas fuentes conocedoras de la operación aseguran que junto a Iglesias participa en el fondo el agente portugués Jorge Mendes, este lo desmintió categóricamente. Así, el representante de futbolistas negó ayer, en conversación con este periódico y a través de uno de sus abogados, que ningún fondo relacionado con él haya intervenido de alguna manera en el fichaje. El club, en cualquier caso, no tomó partido: "El Zaragoza ni afirma ni desmiente que Mendes esté en el fondo o haya participado en la operación".

Por la mañana, el regulador bursátil portugués ya había suspendido las acciones del Benfica, que cotiza en Bolsa, para pedir más detalles sobre una operación que no acababa de ver clara. El valor dejó de cotizar durante dos horas, entre las 12.00 y las 14.00. El club portugués, en un comunicado enviado a la Comisión de Valores, explicó luego que "el traspaso de los derechos deportivos del jugador, así como la totalidad de los derechos económicos, se ha realizado por un valor total de 8,6 millones de euros a través de dos contratos celebrados ante notario, uno con el Real Zaragoza S. A. D. y otro con una sociedad de derecho español". De esa cantidad, 8.514.000 euros los aporta la sociedad y el Zaragoza paga solo 86.000 euros en concepto de derechos deportivos.

El informe del Benfica no convenció a la Liga de Fútbol Profesional, que agrupa a todos los clubes de la Primera y la Segunda División. Tampoco la convenció el consejero delegado del equipo aragonés, Francisco Checa, cuyas explicaciones a la patronal fueron interpretadas por muchos clubes -la mayoría de ellos, con penurias económicas- como una burla sobre la grave situación financiera que atraviesa la entidad de Iglesias. Esta y otras razones llevaron a la LFP a confirmar que no se adherirá al convenio de acreedores del Zaragoza, que propone una quita del 50% con una espera de ocho años.

Es la primera vez que la patronal da un paso de este tipo, que significa que no aceptará ni la quita ni el aplazamiento que le propongan los administradores del club. "Hemos decidido no aprobar el convenio porque estamos en desacuerdo con la forma como ha actuado el Zaragoza en relación con los parámetros que la LFP ha establecido para estas situaciones", alegó José Luis Astiazarán, su presidente.

En el Zaragoza, sin embargo, hicieron otra lectura: "A alguien le molesta que creemos un equipo competitivo e ilusionante, que es lo que pretendemos. Suponemos que también les molesta nuestra postura sobre los derechos televisivos", aseguró su portavoz. El Zaragoza, junto al Villarreal, el Sevilla, el Espanyol y otros, reclama un reparto más equitativo, menos generoso con el Barcelona y el Madrid.

Agapito Iglesias, el dueño del Zaragoza, y Roberto Jiménez, en la presentación oficial del portero.
Agapito Iglesias, el dueño del Zaragoza, y Roberto Jiménez, en la presentación oficial del portero.PEDRO ETURA (EFE)

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