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Reportaje:Arte

Cine ficticio para una Gaza real

Dos artistas palestinos desafían las limitaciones de la vida en la franja con la creación de carteles de filmes irreales

Tomarse un té a la menta en la ciudad de Gaza con Tarzan y con Arab, una prometedora pareja de artistas palestinos, resulta una experiencia tan sorprendente como desconcertante. Porque cuando estos gemelos univitelinos y prácticamente idénticos hacen acto de presencia, copan cualquier espacio con su corpulencia y sus sonrisas. Pero sobre todo, porque sus creaciones, mitad sátira, mitad denuncia, hablan de una realidad, la de la depauperada y asediada franja de Gaza, difícil de describir con palabras. Constituyen sin duda toda una rareza en el raquítico panorama artístico de la franja. Su aspecto, con melenas largas y pulseras de plata en las muñecas, les convierte además en singulares personajes en Gaza, donde el Gobierno de Hamás trabaja sin descanso para imponer una agenda islamista.

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A Tarzan y a Arab les obsesiona el cine. Es sin duda una obsesión frustrante para unos jóvenes a los que les toca vivir en un pedazo de territorio en el que la pantalla más grande es la de la televisión. No hay cine. Como tantos habitantes de Gaza, Tarzan y Arab han decidido hacer de la necesidad virtud y darle una vuelta de tuerca a la adversidad. Han rodado una película y han montado una excepcional exposición. Se trata de una serie de carteles de cine retocados, en los que los gemelos aparecen como protagonistas de cintas clásicas y en el que los títulos se transforman en nombres de operaciones militares israelíes. Son carteles de cine de películas que no existen; que, como el cine de Gaza, no se pueden ver. Lo llaman Gazawood. Estos artistas de 23 años hablan en su obra de cine, pero también de la ocupación israelí y de la sangrienta división entre Hamás y Fatah, los partidos rivales palestinos. Y quién mejor que unos hermanos gemelos para representar la fractura fratricida.

A la pregunta de qué significa ser artista en Gaza, ofrecen sendas carcajadas por respuesta. Luego se explayan un poco más. "Aquí el arte no se valora. La gente piensa en sus necesidades básicas, en comer, en los cigarrillos". Si cualquier joven artista del mundo lo tiene complicado para triunfar, lo de Tarzan y Arab es casi misión imposible. Su creatividad se frena en seco en las impermeables fronteras de la franja. Como el resto de habitantes de la zona, la pareja de artistas no puede entrar ni salir libremente de la ciudad, sometida a un férreo bloqueo israelí desde hace más de cuatro años. Aunque les invitaran al más prestigioso festival del mundo, probablemente no podrían asistir. Tanta frustración no les borra la sonrisa ni merma su creatividad. Ahora trabajan en una nueva exposición, al tiempo que rellenan solicitudes de becas que les permitan un día abandonar Gaza. "A nosotros lo que nos gustaría es viajar a España", sueña uno de los gemelos en voz alta.

Carátula de <i>Days of penitence, </i>una de las películas ficticias de Tarzan y Arab.
Carátula de Days of penitence, una de las películas ficticias de Tarzan y Arab.

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