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El conflicto libio | La transición

Las firmas españolas se preparan para el cambio de poder

Los analistas creen que restablecer la plena producción petrolera llevará años

Alicia González

Sin que se hayan silenciado aún los tiroteos en Libia, los cálculos sobre el impacto que tendrá en el mercado la vuelta de la producción de petróleo del país no se han hecho esperar. Algunos analistas han aprovechado la coyuntura para revisar a la baja sus previsiones para el precio del crudo en 2012, como JP Morgan o Citigroup. Pero el frenazo en el crecimiento y el riesgo de una recaída en la recesión en las economías desarrolladas resulta una explicación más realista de esos anuncios que el posible regreso del petróleo libio al mercado, algo que no parece que vaya a suceder de inmediato.

Hasta el estallido del conflicto, Trípoli exportaba 1,6 millones de barriles al día. Muchas de sus instalaciones se han visto dañadas por el conflicto y una vez paradas las plantas lleva mucho tiempo volver a ponerlas en marcha. Aunque aún se desconoce hasta qué punto los campos de producción y los oleoductos están dañados, Citigroup considera que a finales de 2012 el país puede estar exportando a pleno rendimiento. Para los analistas de Barclays Capital, esa previsión resulta, cuando menos, "naif". "El camino hacia la completa recuperación será, muy probablemente, largo, sinuoso y, hasta que se alcance un mínimo desarrollo del Estado, casi interminable", advierte Paul Horsnell, analista del banco británico, en uno de sus últimos informes.

Antes del conflicto, Repsol obtenía el 3,8% del crudo en el país norteafricano
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Desde sus máximos de abril, el barril de crudo de tipo brent ha caído un 13%, hasta los 110,3 dólares actuales, pero desde los mínimos de agosto, en plena crisis de deuda europea, el barril ha recuperado un 7,6%.

Si tomamos como referencia el impacto de otros conflictos sobre la producción petrolera, como la caída de la Unión Soviética, la invasión de Irak o la crisis de Irán de los años setenta, retomar la plena producción de los campos petrolíferos libios llevará no menos de cuatro años, según los cálculos de Bloomberg.

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Las empresas españolas se han marcado un horizonte prudente. "Lo primero es ver qué pasa y cómo se desarrollan los acontecimientos. La situación es todavía muy confusa", admiten desde Repsol YPF, que trabaja en el país desde los años setenta y es, de lejos, la empresa española con mayores intereses en el país. Antes del conflicto, la petrolera producía 360.000 barriles brutos diarios, lo que suponía el 3,8% de su producción total. "Por lo que sabemos, nuestras instalaciones no han sufrido daños, lo que nos permitiría reanudar la producción, una vez que se aclarara la situación, en un plazo de dos a cuatro semanas. Aunque aún hay que ver qué plazos manejan las nuevas autoridades", puntualizan desde la empresa. A finales de julio, el director financiero de Repsol, Miguel Martínez, reconocía que el conflicto libio le había costado a la compañía 250 millones de euros en términos brutos.

Más misteriosa se muestra Gas Natural, que mantiene un contrato de suministro con el país "que sigue en vigor", sin aclarar plazos del mismo ni cómo ni cuándo se puede haber suspendido el suministro desde el agravamiento del conflicto, en febrero pasado. "Es información estratégica", justifican.

En febrero pasado también abandonaron los proyectos que estaban desarrollando en el país constructoras como Sacyr, el grupo vasco Buesa o Pycsa, que, de momento, ni se plantean la vuelta.

No todas las grandes empresas han optado por esperar y ver. La petrolera italiana Eni anunció ayer un acuerdo con el Consejo Nacional de Transición libio para el suministro de gas y gasolina al país, pese a los estrechos vínculos que Italia ha mantenido siempre con el régimen de Gadafi. Los nuevos responsables del país no parece que vayan a ser igual de benevolentes con las empresas rusas y chinas.

Milicianos rebeldes patrullan al amanecer por una calle de la capital, Trípoli.
Milicianos rebeldes patrullan al amanecer por una calle de la capital, Trípoli.ULY MARTÍN

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Sobre la firma

Alicia González
Editorialista de EL PAÍS. Especialista en relaciones internacionales, geopolítica y economía, ha cubierto reuniones del FMI, de la OMC o el Foro de Davos. Ha trabajado en Gaceta de los Negocios, en comunicación del Ministerio de Economía (donde participó en la introducción del euro), Cinco Días, CNN+ y Cuatro.

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