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Trichet advierte a Berlusconi de que tiene que avanzar en el ajuste

Frattini replica que Italia insistirá para que el BCE siga con la compra de bonos

"Es esencial que Italia confirme y alcance los objetivos de saneamiento económico, es decisivo para reforzar su fiabilidad crediticia". El presidente del presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, no dudó en lanzar ayer un nuevo aviso al Gobierno de Silvio Berlusconi. Y lo hizo en el Foro Ambrosetti, que cada año, a principios de septiembre, reúne en Cernobbio a la flor y la nata de la economía mundial. Y, también, a varios miembros del gabinete italiano.

En la plácida localidad en la orilla del lago de Como, al norte de Milán, Trichet elevó el tono de sus advertencias a Roma, que ya el viernes contribuyeron a elevar la tensión en los mercados financieros. Su discurso, que abría una charla con el presidente de la República Giorgio Napolitano, llegó fuerte y claro: o Italia da muestra de querer alcanzar el equilibrio en su presupuesto de 2013, poniendo en marcha su anunciado plan de ajuste, el BCE podría cansarse de socorrer al Gobierno italiano.

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Muchos ministros estaban presentes en la audiencia. Entre ellos, Giulio Tremonti, titular de Economía, que tiene entre manos el nuevo plan de ajuste, valorado en 45.000 millones, y que lo ve adelgazar día a día: el primer ministro Silvio Berlusconi ha sacrificado algunas iniciativas a la estabilidad interna, complaciendo los aliados federalistas de la Liga Norte. Cada iniciativa eliminada se compensa con una previsión mayor del dinero que se recaudará por la lucha contra la evasión fiscal, una solución que no convence a las autoridades europeas

"Hay que realizar reformas estructurales fuertes para evitar que se ahogue la productividad. Sobre todo en Italia", clamó el presidente del BCE, dejando vislumbrar su inquietud y la de las instituciones comunitarias por el baile de medidas. Ha transcurrido un mes desde que Trichet pidió con insistencia intervenciones rápidas a cambio de comprar bonos italianos y capear la crisis de los títulos de Estado, devaluados más que los españoles. El BCE mantuvo su promesa: adquirió hasta ahora unos 35.000 millones de bonos italianos. Roma no mucho.

"Insistiremos para que el BCE continúe con su sabia política de apoyar los esfuerzos de Italia y España", replicó el ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, que también asistió al foro empresarial. "Yo descartaría que el BCE deje de comprar deuda púbilica, pero mucho dependera de la rápida aprobación del plan de ajuste en el Parlamento", añadió

El plan de ajuste de 45.000 millones que en dos años debía garantizar al país el déficit cero perdió sus patas más robustas y gran parte de los ingresos que debería inyectar en las arcas públicas quedan vinculadas a la lucha contra la evasión fiscal. Del plan se han caído la reforma del sistema de las pensiones, el impuesto de solidaridad para las rentas altas, el recargo a los patrimonios, la agrupación de entidades locales; hasta se retiró la idea de celebrar el domingo las fiestas no religiosas para evitar los puentes. Todavía no se ha presentado el proyecto de ley para incluir en la Constitución el equilibrio del presupuesto ni se subió el IVA.

A la cita de Cernobbio asistió también el ex presidente del Gobierno español, José María Aznar, quien enfatizó la relevancia de la intervención del BCE en una entrevista con El Corriere della sera. "Es una gran fracaso para los Gobiernos. Es duro admitir un fracaso, pero nuestros países deben hacerlo y darse cuenta de que fueron salvados. Deben encontrar su sitio en la economía internacional, emprender decisiones importantes y reconquistarse márgenes de autonomía". Aznar recalcó que Italia está ahora en peor situación que España por el mayor volumen de su deuda.

El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, a la entrada del Foro Ambrosetti, en Cernobbio (Italia).
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, a la entrada del Foro Ambrosetti, en Cernobbio (Italia).DANIEL DAL ZENNARO (EFE)

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