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Reportaje:11-S, diez años después

La Zona Cero se reinventa

El sector servicios y el turismo han crecido en el escenario de los atentados, donde se ubican dos estanques flanqueados por cortinas de agua

Yolanda Monge

El grupo es mayoritariamente norteamericano y al final del paseo no quedará ni un solo ojo seco. El guía que ofrece a los turistas un recorrido por la conocida como Zona Cero de Nueva York aporta datos que rememoran una tragedia que transformó Estados Unidos y el mundo. Detalles insignificantes, como que las ventanas de las Torres Gemelas eran lavadas por robots en ciclos ininterrumpidos que duraban un mes, o escabrosos, como el hecho de que solo la mitad de los más de 20.000 restos humanos que fueron encontrados entre los escombros han podido ser identificados.

Diez años después del fatídico 11-S; tras la inversión de miles de millones de dólares y las luchas de poder entre grupos civiles, promotores inmobiliarios, políticos y familiares de las víctimas, la Zona Cero parece preparada para abandonar su nombre de guerra e iniciar una nueva etapa. Las heridas en forma de socavones comienzan a cerrarse. Donde antes hubo una agria batalla sobre qué edificar, mañana se inaugurarán dos estanques en el lugar que ocupaban las Torres y que están flanqueados por cortinas de agua. Los nombres de los 2.983 caídos en el 11-S, el total de las víctimas de Nueva York, Pensilvania y Washington, están inscritos en bronce alrededor de los estanques.

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Incluso la forma en que se disponían los nombres de los muertos conllevó polémicas. La mayoría de las familias quería que se diera toda la información posible sobre sus seres queridos. Para ellos, cómo se recuerda a los muertos dice mucho de un país. Por eso se accedió a peticiones concretas. Como la de la hija de un hombre que murió a bordo de uno de los aviones que se estrellaron contra las Torres, donde su mejor amigo trabajaba justo en ese momento y encontró la muerte. Los nombres y apellidos de ambos hombres se pueden leer ahora uno al lado de otro.

Tras el 11 de septiembre, mucha gente creyó que esa zona del Bajo Manhattan se convertiría en una ciudad fantasma. Resultaba difícil de conjugar el deseo de edificar y hacer negocio con un solar donde perecieron 2.752 personas. Un inmenso cementerio con un gran valor inmobiliario estaba vacante. Pero ha sucedido todo lo contrario. No sin dolor. La Zona Cero ha sabido reinventarse. Desde 2001, el sector servicios ha crecido a un ritmo mayor al 10% y los turistas y personas en viaje de negocios tienen a su disposición 18 hoteles, el triple de los que existían cuando los atentados. El turismo a la zona se ha incrementado en un 30% en los dos últimos años, a pesar de la crisis económica. Y todo ello cuando el lugar es en gran parte un enjambre de vallas de alambre que cubren obras; ruidosos martillos hidráulicos que hacen difícil oír a los guías turísticos y grúas y camiones levantando nubes de polvo.

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A medida que la Zona Cero desaparece bajo las obras (hay un aparcamiento y cuatro edificios en construcción) también lo hace su oscuro nombre. Solo los turistas se refieren al lugar por ese apodo. Los residentes del barrio se han pasado al término Memorial, el monumento a las víctimas que tratará de cerrar la cicatriz que ya siempre llevará la ciudad y donde habrá un único superviviente, el único árbol que fue rescatado de entre los escombros en octubre de 2001 -había sido plantado en el World Trade Center en la década de los setenta- y que ahora ha sido replantado entre más de 400 robles en la Memorial Plaza.

"El nombre Zona Cero está asociado con la tragedia del 11-S y el Memorial es el futuro", asegura una portavoz del alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, tras la polémica que se levantó cuando el regidor pidió a la ciudadanía que se cambiara la denominación. "Nunca olvidaremos la devastación que sufrió el área conocida como Zona Cero", dijo Bloomberg en una conferencia de prensa este verano. "Pero ha llegado la hora de llamar a esos 65.000 metros cuadrados lo que son: el Memorial del 11-S y su museo y el World Trade Center".

Bloomberg miraba hacia el futuro y decía adiós a la Zona Cero, término que se usó por primera vez en el año 1946 en una historia del diario The New York Times en referencia al bombardeo norteamericano de Hiroshima (Japón), según consta en el diccionario Oxford de inglés. Desde entonces, a cualquier lugar arrasado por una explosión se le aplica el término.

Solo el tiempo dirá si Bloomberg logra su deseo. Quizá en otros diez años.

Un agente de policía custodia uno de los estanques conmemorativos en la Zona Cero.
Un agente de policía custodia uno de los estanques conmemorativos en la Zona Cero.JIM YOUNG (REUTERS)

Clinton: "La amenaza de atentado es creíble"

La secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, aseguró ayer que Al Qaeda está tras la amenaza "creíble pero no confirmada" de un atentado terrorista durante el aniversario del 11-S, de la que han informado las autoridades estadounidenses. En un discurso en Nueva York, Clinton subrayó que el Gobierno desarrollará una campaña "incansable" contra las amenazas, y con ese fin celebrará a finales de mes el Foro Global Antiterrorista, con representantes de una treintena de países, para identificar peligros globales.

Tras el anuncio de la amenaza, el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, compareció en rueda de prensa junto al jefe de la policía y un representante del FBI para pedir a sus ciudadanos que mantuvieran la calma pero no bajaran la guardia. "Si ven algo; digan algo", fue la máxima del alcalde. "Mantengan la normalidad pero estén atentos", prosiguió. "Yo, como cada mañana", aseguró el regidor, "iré a trabajar en metro".

Los medios de comunicación han mencionado la existencia de al menos tres sospechosos, uno de ellos norteamericano, que estarían en el país desde hace un mes con la intención de atacar con coche bomba Nueva York o Washington. Siempre según los medios estadounidenses -citando fuentes gubernamentales-, la información que ahora manejan procede de los documentos encontrados en el refugio de Osama Bin Laden en Pakistán tras su abatimiento a manos de seals del Ejército de EE UU.

La policía neoyorquina se preparaba ayer por la mañana para poner en marcha una importante operación de contraterrorismo durante la hora punta del viernes. "Ustedes verán parte de las medidas de seguridad, otras no serán perceptibles para sus ojos", dijo Bloomberg. La operación policial consistirá en "una gran muestra de fuerza", con agentes armados hasta los dientes patrullando las estaciones de metro y las de tren.

Según comentó ayer en un programa de televisión matinal el vicepresidente, Joe Biden, "no tenemos la prueba concreta pero podría tratarse de un coche bomba".

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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