"No será el último día, habrá más"

La proclama salió con tono de boletín antiguo de radio. "¡No será el último día, es el primero de muchos!". La voz en grito del sindicalero, en mitad de una multitud un tanto ajena al discurso del estrado, quedó el pasado miércoles como aviso para navegantes durante la manifestación contra los recortes educativos que congregó a casi 30.000 asistentes. La educación madrileña está en llamas. Y el incendio tiene varios focos.

El lunes arrancó el curso en primaria. El miércoles, en secundaria. Desde el primer día, profesores y directores de los centros informan a padres y alumnos de que los recortes en educación no van a permitir un curso normal. La Comunidad de Madrid niega la mayor e intenta calmar los ánimos asegurando que se trata de una protesta politizada que se reproduce solo en las comunidades autónomas gobernadas por el PP.

Los cuatro sindicatos representativos del sector (CC OO, ANPE, CSIF y UGT) han convocado tres días de huelga esta semana -martes y miércoles consensuado por todos y el jueves solo por Comisiones-. Los profesores interinos (sin plaza) acuden a diario a protestar en institutos y colegios y frente a distintas sedes de la Consejería de Educación. Hay prevista otra manifestación el martes a las 18.30.

Educación, por su parte, ha enviado a los inspectores -con una plantilla de 160 personas- para controlar los horarios de los institutos. La Consejería aprobó en julio unas instrucciones de inicio de curso que han aumentado las horas de clase de los docentes. Pasan de 18 a 20 semanales. El aumento supone dejar fuera a interinos, aunque no hay cifra oficial: los sindicatos estiman que afectará a unos 3.000 y Educación asegura que son menos, porque el año pasado solo se contrató a 1.700. Para este curso, la Consejería ha contratado a 478. Y promete llamar a más ("allí donde nos hayamos podido equivocar y falte un profesor, se enviará", dijo el jueves la consejera Lucía Figar) para que no se pierdan los desdobles, las guardias, las clases extraescolares o los refuerzos como alertan los centros.

Un seguimiento masivo de la huelga supondría oxígeno para los sindicatos, que tienen prevista otra reunión esta semana para decidir si amplían el calendario de paros a las próximas semanas, con más huelgas y protestas para cumplir con la amenaza de "muchos días" de protesta.