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El Ayuntamiento de Ontinyent también reclama a la Iglesia
Los vecinos de la población valenciana de Ontinyent (37.935 habitantes) tienen un conflicto muy similar al vivido en Estepona con la herencia de María Catalina Nadal. 33 años después de su fallecimiento, solo han conseguido que se invierta una "minúscula parte" de los 23,3 millones de la herencia en tres "intervenciones puntuales hechas en la ciudad": la casa abadía de la parroquia de Santa María, una guardería y el Proyecto Hombre.
El concejal Vicent Vila, de la coalición Compromís, llevará al Pleno del próximo 29 de septiembre una moción para que se estudie judicialmente la forma de reclamar al Arzobispado de Valencia que se inviertan de una vez en el municipio los 23,3 millones de su legado. "Se trata de defender los intereses de la mayor parte de los ciudadanos, miembros de las parroquias, perjudicados al no poder controlar, gestionar y beneficiarse, en último caso, de los 23,3 millones y de sus correspondientes ingresos después de tantos años", recoge la moción.
En el municipio, gobernado por el PSOE y la coalición Compromís, también esgrimen que sus vecinos tienen pleno derecho a presentarse como parte interesada en el caso de que se abra un proceso judicial.
María Catalina Nadal falleció a los 88 años en esta población. Su madre, Isabel Guerrero, era de Estepona, donde había nacido toda su familia, y su padre, José Nadal, llegó a ser alcalde del pueblo valenciano. En octubre de 2010, la nombraron hija predilecta de Ontinyent a título póstumo.
Al morir, el 22 de marzo de 1978, dejó un inmenso legado que permaneció oculto toda una década. El padre Manuel Sánchez, párroco de la iglesia de Los Remedios, custodió los bienes hasta su muerte, en 1988. Entonces salió a la luz que María Nadal poseía casi tres millones de metros cuadrados en fincas, heredadas de sus hermanos y una tía, y cómo quiso que se repartieran.