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Miles de docentes vuelven a salir a la calle contra los recortes

Acomodado sobre la barandilla que separa a los que observan desde la acera de los que se implican sobre el asfalto, uno de tantos viandantes a los que la manifestación pilló por sorpresa atendía con interés el barullo de flashes, micrófonos y gritos de "conselleiro, dimisión".

"¿A qué se debe la protesta?", pregunta a una manifestante. "Estamos defendiendo la educación pública", le explica la profesora. "La Xunta está aplicando recortes que atacan los derechos de los alumnos. Pretende privatizar la enseñanza". Tras unos minutos de charla, al hombre le convence el discurso y se une a la comitiva del ganchete de su mujer. "Es lo que pasa cuando la gente entiende lo que sucede", comenta satisfecha la maestra. Después, los tres suman sus voces a la indignada multitud de docentes y organizaciones estudiantiles. La escena transcurrió ayer cuando las calles de Santiago se volvieron a vestir de cánticos y pancartas con tono festivo pero trasfondo de rebelión. La rutina de las manifestaciones, cuatro desde que se inició el curso, perfeccionó la escenografía reivindicativa de una comunidad escolar que ayer reprensentó "el entierro de la educación pública" en un cortejo funébre de plañideras y ramos florales. "El profesorado gallego no te olvida", rezaba una de ellas.

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Al ritmo de una melodía penitente de gaitas y tambores, unas 10.000 personas, según los seis sindicatos convocantes, marcan el paso de la segunda jornada de huelga en la enseñanza pública no universitaria. El mensaje, el mismo que durante las pasadas jornadas de movilizaciones. "Lo que más nos molesta es que califiquen esta lucha de cooperativista,cuando estamos aquí contra la instauración de una educación elitista y jerárquica que relega lo público a un gueto", afirma una profesora de Moaña mientras la marcha se acerca a las inmediaciones de la Xunta. Aunque hicieron mucho ruído, sus gritos retumbaron con menos fuerza que la semana pasada tras las verjas de San Caetano. José Fuentes, responsable de CC OO-Ensino, admite "una pequeña bajada en la participación" que achacó al descuento de entre 80 y 100 euros que le supone a la cartera del profesorado cada día de huelga. Quizás por esto, y a pesar de que consideran que "la marcha fue lo suficientemente amplia como para que quede claro que no van a callar nuestra voz", los sindicatos mostraron su disposición a iniciar acciones distintas de las hasta ahora ensayadas. Y es que la vía del diálogo, que ayer reclamó el PP en el Parlamento, es aún poco probable. La de la rectificación de la Xunta, ni se plantea. "La consellería mantiene una posición autoritaria que no estamos dispuestos a aguantar. Si no retira las medidas que nos trajeron a esta situación, seguiremos en la calle", aseguran tras la pancarta de la cabecera.

Mientras el pavimento frente a la consellería comienza a diluírse bajo las sentadas y comparsas retranqueiras en honor a Jesús Vázquez, la escritora y docente Lucía Novas traslada por un megáfono unas reivindicaciones que se mantienen firmes. Bajo los acordes del himno un susurro amenaza: "Son duros de roer pero ganaremos esta batalla".

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