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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Problemas de rentabilidad

No solo en España brotan los debates absurdos y las discusiones estériles. El comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, vino a decir recientemente que la banca española necesitaba una nueva ronda de recapitalización. Ya está sembrada la pregunta bizantina: ¿está suficientemente recapitalizada la banca española o, como insinúa Barnier, su capital debe reforzarse todavía más? El grado adecuado de capitalización es difícil de medir (aunque sea fácil detectar cuándo hay un déficit peligroso de capital). Pero, además, las vigas están hoy en los ojos de las bancas alemana y francesa, mientras que en el de la española apenas puede apreciarse un brizna de paja. Las autoridades españolas han examinado con recelo las apreciaciones de Barnier y se inclinan a interpretar que se trata de una maniobra (o sondeo) de las autoridades comunitarias para intervenir en las decisiones del Gobierno español y del regulador bancario. Así se explicaría la reacción visceral del Banco de España y de una parte del Ejecutivo.

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Más capital para alejar fantasmas

Quizá sea solo un malentendido. En los exámenes de estrés, algunas instituciones bancarias españolas presentaban una ratio de capital TIER 1 de entre el 5% (aprobado) y el 8% (excelente). Como la Comisión preveía el default de Grecia y un empeoramiento de las condiciones económicas en Europa, sugirió genéricamente que los bancos y cajas entre 5% y 6% debían reforzar su capital en previsión de las malas consecuencias de la crisis griega. Pero el deterioro económico temido puede ser (hasta el momento lo es) una fase de desaceleración, no de recesión. Además, los bancos españoles entre 5% y 6% no tienen deuda griega y algunos ya han reforzado sus requisitos de capital saliendo a Bolsa. La versión de Barnier carece de vigencia.

Con la entrada del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en el capital de las cajas que no alcanzaron el 10% de capital TIER1 marcado por el Gobierno (CatalunyaCaixa, Unnim, Novacaixagalicia) el ciclo de recapitalización en España parece momentáneamente cerrado, aunque es probable que en el futuro surjan necesidades adicionales para ahuyentar los fantasmas de las posibles pérdidas en el sector inmobiliario. El problema de verdad es el de la rentabilidad. Los márgenes se están estrechando, el negocio propio decae y los ingresos se buscan en otras fuentes (comisiones). La decadencia de la rentabilidad tiene que ver con dos factores importantes. La primera causa sería el aumento inmoderado de la prima de riesgo. La segunda es la ausencia de crédito. Sea porque las entidades financieras, para cumplir con las ratios de solvencia, se han decidido por el método fácil de reducir la cartera de riesgos limitando el crédito, sea porque lisa y llanamente las peticiones de préstamos han caído en picado, lo cierto es que el préstamo como fuente de negocio para la banca se agosta.

No es previsible que esta contracción financiera se corrija antes de un año y medio o dos años. Durante ese periodo al menos las posibilidades de reactivación económica en España están limitadas por la ausencia de crédito. Esta escasez, como han reconocido algunas entidades, aún se prolongará mientras los bancos continúan su proceso de desapalancamiento y digieren los excesos del pasado. En esa purga, el tiempo -y la evolución de la crisis- dirán si las entidades vuelven a necesitar más capital.

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