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Análisis:ANÁLISIS | Vida & Artes
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La posición de España en Europa

El cardenal Newman (1801-1890) es conocido en el mundo anglosajón como un gran pensador de la educación superior que enfatizó el papel de la docencia y el aprendizaje frente a la investigación. Si los objetivos de una universidad fueran únicamente científicos y filosóficos, dijo, "no veo por qué una universidad habría de tener estudiantes".

El Proceso de Bolonia a escala europea ha asumido este énfasis, así como la necesidad de situar a los estudiantes en el centro de la actividad universitaria. Esto también significa tener en cuenta las condiciones de vida de los estudiantes, pues una educación superior justa y efectiva sólo es posible con un equilibrio entre las circunstancias personales de los estudiantes y la organización de los programas y planes de estudios. Esto es a lo que en términos generales se hace referencia con el objetivo de mejorar la dimensión social de la educación superior europea.

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Aún hay clases en la Universidad

En comparación con otros países europeos, España está haciendo grandes progresos, pero aún le quedan algunas tareas. La proporción de estudiantes de extracción social modesta se encuentra comparativamente muy cerca de la media, de manera similar a lo que sucede en Portugal y Austria, y en mejor posición que Italia, Francia y Alemania. Este resultado está relacionado con la existencia de rutas alternativas para acceder a la Educación Superior, entre las que, por ejemplo, se encuentra el examen de acceso para mayores de 25 años. En su periodo de estudio en la universidad los estudiantes tienen que equilibrar las demandas de diversas tareas y obligaciones.

A este respecto, la posición de España ya no es tan buena. Solo uno de cada tres estudiantes españoles afirma estar muy o bastante satisfecho con su balance individual entre lo que, por un lado, supone la asistencia a clases, tiempo de estudio personal y trabajo remunerado y lo que, por otro lado, significan otras dedicaciones y exigencias. Por término medio, la proporción de estudiantes satisfechos es aproximadamente uno de cada dos, tal como sucede en países como Austria y Francia, pero no en Portugal, donde es uno de cada cuatro.

Ampliar la participación para incluir nuevos grupos de estudiantes es un paso importante hacia la maximización del futuro talento de la población de un país. Sin embargo, también introduce nuevas tensiones en la organización de la educación superior que deben ser consideradas si lo que se pretende es que esta sea justa y efectiva.

Es aquí donde los esfuerzos para poner en marcha reformas adicionales se muestran necesarios para España en los próximos años.

Dominic Orr es el coordinador del proyecto europeo Eurostudent.

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