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La crisis del euro

Moody's carga ahora contra diez autonomías y los grandes bancos

La deuda de Castilla-La Mancha se sitúa a la altura de bono basura

Amanda Mars

Moody's vuelve a la carga. Esta vez es el turno de las autonomías y de los bancos. Un día después de la rebaja de la solvencia de la deuda soberana de España, la agencia de calificación ha reducido la nota de diez comunidades autónomas y de las mayores entidades financieras (Santander, BBVA y CaixaBank).

El mayor varapalo ha sido para Castilla-La Mancha, cuya deuda, tras descender de golpe cinco escalones, de A3 a Ba2, queda a la altura de los bonos basura, considerada de difícil recuperación. La firma ha dejado a Cataluña y Valencia a tan solo dos escalones de esa categoría, en el que la deuda pasa de ser considerada inversión a especulación. Mantienen también el grado de inversión, aunque caen dos peldaños, las otras siete autonomías revisadas (Madrid, Galicia, Extremadura, Castilla León, Andalucía, Murcia y País Vasco), todas ellas con perspectiva negativa.

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La firma justifica la drástica retirada de confianza de la deuda castellano-manchega en la extrema debilidad financiera de la región que se ha revelado tras la auditoría llevada a cabo por la María Dolores de Cospedal cuando el PP ganó las elecciones del 22 de mayo, en el que se afloró un déficit oculto de 2.800 millones, según justificó el Gobierno regional.

La agencia critica la "pobre contabilidad" y los controles "inadecuados" que ha llevado a cabo la Administración regional "durante los últimos años", en alusión al anterior Gobierno del socialista de José María Barreda, Augura al nuevo Ejecutivo serias dificultades para cumplir sus compromisos de pago, que llegarán a 3.100 millones a finales de año, que le pueden llevar a tener que recurrir al apoyo del Gobierno central. Y aunque alaba las "ambiciosas" medidas de ajuste tomadas por Cospedal advierte que analizará su viabilidad en la próxima revisión.

Con carácter general, Moody's argumenta la revisión de la deuda de las diez autonomías en las crecientes presiones financieras por la falta de liquidez y en los "persistentes" desequilibrios presupuestarios.

Tras la región castellano-manchega, Cataluña y Valencia, ambas con Baa2, obtienen la peor nota, aunque Moody's exalta los planes de ahorro del Gobierno convergente de Artur Mas e indica que si sigue esa línea cumplirá en los próximos años los objetivos de déficit en los próximos años.

El pasado mes de julio la agencia de calificación ya rebajó el nivel de calificación de seis autonomías (Castilla La-Mancha, Comunidad Valenciana, Andalucía, Castilla y León, Castilla La-Mancha y Murcia) y avisó de una posible reducción a otras cuatro (Extremadura, País Vasco, Galicia y Madrid).

El aviso se extendió entonces a los grandes bancos, que tampoco se han librado ahora de la revisión de Moody's, aunque la agencia deja claro que el recorte está vinculado directamente con la de la deuda de los bonos españoles, que el martes cayó dos peldaños, de Aa2 a A1.

Pese a ello, Moody's rebaja solo un escalón a Banco Santander, el BBVA, y CaixaBank, de Aa2 a Aa3, de forma que las tres entidades financieras presentan una mayor solvencia que el propio Reino de España para la agencia de calificación.

Tanto Santander como BBVA se han quejado del efecto país, es decir, que automáticamente la desconfianza que genera la deuda y, en general, la economía española se trasladan a su calificación, pese a que más de la mitad de su negocio está fuera de España.

Fitch ya rebajó el pasado día 11 la calificación crediticia a seis entidades financieras españolas -entre ellas (Santander, BBVA y Caixabank- pero las dejó al mismo nivel que la deuda española.

Moody's también redujo ayer la nota de La Caixa, matriz de CaixaBank, y la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), que también presta servicios financieros, de A1 a A2.

Asimismo, la firma recortó la nota a largo plazo de tres empresas públicas -Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Corporación de Reservas Estratégicas (Cores) y Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi)-, y de las diputaciones forales de Gipuzkoa y Bizkaia, en dos escalones, hasta Aa3.

Pendientes de la cumbre

El mercado hizo ayer caso omiso de la tercera rebaja de la nota de solvencia de España, anunciada por Moody's la noche anterior, y no castigó ni a los bonos del Estado ni a la Bolsa. La prima de riesgo española, el diferencial entre el interés que pagan los bonos a 10 años respecto de los alemanes -que sirven de referencia-, lleva tiempo sin sobresaltos y se mantuvo ayer en los 334 puntos básicos (o 3,34 puntos porcentuales), y pagaban un interés del 5,38%. El empeoramiento de la imagen de solvencia española ya se había descontado.

Las Bolsas europeas cerraron la jornada en positivo, aunque sin estridencias: Madrid subió un 0,43%; Fráncfort, un 0,61%, y París, un 0,52%, frente al 0,7% de Londres. El euro acabó la jornada prácticamente como la víspera, en los 1,37 dólares.

El Tesoro español remitió ayer un comunicado a los grandes inversores en los que consideró que la rebaja de Moody's "parece estar más motivada por una reacción a corto plazo frente a las noticias negativas sobre la eurozona y su mercado de deuda que por un análisis a medio y largo plazo de los fundamentales de su economía".

Si los mercados ignoran la rebaja de Moody's (fue de dos escalones, Aa2 a a1), que pasan la solvencia de España del sobresaliente al notable bajo, no ocurre lo mismo en otros terrenos. Una consecuencia de esta degradación es que los bonos españoles ya no se podrán utilizar como garantías de calidad AA para operar en LCH Clearnet, una de las mayores cámaras de compensación y liquidación de Europa.

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Sobre la firma

Amanda Mars
Directora de CincoDías y subdirectora de información económica de El País. Ligada a El País desde 2006, empezó en la delegación de Barcelona y fue redactora y subjefa de la sección de Economía en Madrid, así como corresponsal en Nueva York y Washington (2015-2022). Antes, trabajó en La Gaceta de los Negocios y en la agencia Europa Press

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