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El volcán submarino localizado en El Hierro tiene un cráter de 120 metros

El equipo de científicos a bordo del buque Ramón Margalef localizó ayer la boca del volcán submarino en el Mar de las Calmas de la isla de El Hierro. Este descubrimiento ha sido posible gracias a un robot submarino denominado Liropus, con capacidad de observar y recoger muestras hasta una profundidad de 2.000 metros. El grupo de investigadores, dependientes del Instituto Español de Oceanografía (IEO) y bajo la dirección de Juan Acosta y Francisco Sánchez, ha identificado un nuevo edificio volcánico de 100 metros de altura situado a 300 metros de profundidad. La base del cono tiene un diámetro de 700 metros y el cráter de 120.

Asimismo, y mediante la utilización de ecosondas de mayor frecuencia, ha sido posible localizar las columnas de gases y fluidos que emite el volcán y otros puntos de emisión (fisuras) que están provocando que la mancha de material eruptivo se esté expandiendo hacia la zona sur de la isla y que, tal y como han fotografiado los satélites, supera en superficie a la isla de El Hierro.

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Más mancha que isla

Para los científicos, la localización del foco eruptivo submarino supone todo un hito, ya que es la primera vez que se consigue localizar un edificio volcánico de estas características. Además, se trata de la primera misión en la que participa el buque oceanográfico Ramón Margalef desde que saliera de la ciudad de Vigo el pasado 18 de octubre rumbo a la isla de El Hierro. En la campaña oceanográfica colaboran también la Plataforma Oceánica de Canarias (Plocan) y la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (Aciisi), en apoyo al Comité Científico del Pevolca.

Por otra parte, mientras el fenómeno eruptivo en la zona del Mar de las Calmas ha sufrido un notable descenso, los expertos del Instituto Geográfico Nacional (IGN) han alertado de un aumento de la sismicidad en la zona de Frontera. Concretamente, los sismógrafos detectaron en la madrugada del martes, un total de 10 temblores con una profundidad de 22 kilómetros. El de mayor magnitud se registró al oeste del municipio de Frontera, y alcanzó 2,2 en la escala de Richter.

El volcán se ha cobrado su primera víctima: el buque Ignacio Lozano, del Instituto Canario de Ciencias del Mar, se encuentra desde el viernes buscando el planeador robótico Seaglider después de que los científicos perdieran el control del aparato y este se perdiera en las profundidades. El planeador está equipado con sensores capaces de medir la profundidad, temperatura y la salinidad y supone un instrumento vital para la medición de gases así como la toma de muestras de los fondos marinos.

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