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La crisis del euro

La recapitalización se hará sin traumas

Los cinco grandes bancos españoles no precisarán ayudas públicas ni apelar apenas al mercado, pero creen que la exigencia de 26.000 millones dañará al crédito

Miguel Jiménez

La banca española reaccionó ayer con una mezcla de tranquilidad, preocupación e indignación, en diferentes dosis, a la exigencia de 26.161 millones de capital adicional hecha la noche del miércoles a los cinco grandes bancos por parte de la Autoridad Bancaria Europea (EBA). Tranquilidad, porque las entidades confían en no tener que recibir ayudas públicas ni recurrir apenas a los mercados para captar capital. Preocupación, porque los requerimientos europeos limitan el margen de maniobra de las entidades, tanto para posibles compras como para dar crédito. E indignación, porque hay una sensación general de que los criterios de la EBA resultan perjudiciales -o incluso discriminatorios- para la banca española.

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Santander, BBVA, Popular, BFA-Bankia y La Caixa expusieron ayer sus planes para cumplir con las exigencias europeas. El cómputo de bonos convertibles, la generación de beneficios y la gestión del balance servirán a las entidades para cumplir con las exigencias europeas sin apelar apenas a los mercados.

Lo primero que no ha sentado nada bien en España es que las necesidades de capital provisionales se hayan presentado sin tomar en cuenta los bonos convertibles, pese a que sí se computarán en el cálculo definitivo. Solo esa partida rebaja las necesidades en unos 10.000 millones, (de los que 8.500 corresponden al Santander) y hubiera evitado que la banca española acaparase una cuarta parte de los 106.000 millones que se piden a toda la banca europea. Los 26.000 millones españoles se sitúan muy cerca de los 30.000 que requiere la banca griega, prácticamente quebrada.

Junto a eso, los bancos españoles confían sobre todo en generar beneficios para aumentar su solvencia. En solo tres meses, el Santander y el BBVA ya han logrado más de 2.000 millones, con lo que las necesidades reales a septiembre están por debajo de los 14.000 millones. Los bancos confían en cubrir cerca de 6.000 millones más con los beneficios de los próximos tres trimestres, otros 6.000 millones con medidas de optimización de los activos ponderados por riesgo (si se demuestran al Banco de España modelos de gestión óptimos, la exigencia de capital baja para un mismo activo) y los restantes 2.000 millones con otras medidas de gestión de balance, realización de plusvalías latentes y ventas de activos no rentables. Esas medidas pueden permitir cubrir con holgura las necesidades. De hecho, las dos mayores entidades (Santander y BBVA) se han puesto como meta no el 9% de capital de calidad (core tier 1) exigido por Europa para junio de 2012, sino el 10%.

Los bancos deberán presentar antes de fin de año sus planes concretos al Banco de España, que "sin perjuicio del análisis detallado y en profundidad de esos planes individuales", considera que "los objetivos planteados se pueden alcanzar razonablemente".

Pero también hay preocupación entre las entidades por varias razones, De un lado, la inseguridad jurídica que provoca el cambio constante de normas sobre el capital. "Estos continuos cambios del marco regulatorio generan desconcierto e inseguridad entre los inversores y perjudican la capacidad de actuación de las entidades financieras", señaló la CECA, la patronal de las cajas. Juan María Nin, consejero delegado de CaixaBank, se quejó con ironía en un congreso de directivos en Bilbao de que, con las diferentes formas de contabilidad (Basilea I, Basilea II, III...), el capital resultante es "surtido variado", informa Amanda Mars. Además, Nin cuestionó los criterios con que se examina a la banca europea, como en el examen de julio. "Un telediario más tarde, nacionalización e intervención", dijo en referencia al caso del banco francobelga Dexia, que sacó sobresaliente en esas pruebas y luego fue troceado y rescatado.

De otro lado, la necesidad de cumplir con esos niveles resta margen de maniobra. Dificulta, por ejemplo, las compras o los planes de expansión en mercados de crecimiento. Además hay preocupación porque las mayores exigencias de capital "se acabarán traduciendo en una restricción del flujo de crédito, especialmente para familias y pequeñas y medianas empresas, y puede retrasar la recuperación de la economía española", según la CECA, un diagnótico que comparten los bancos.

Y una parte de esa preocupación se transforma en indignación o rabia contenida porque los bancos españoles se sienten víctimas propiciatorias de la necesidad de recapitalizar a la banca europea por la crisis griega. "Se ha equiparado una quita como la griega, una pérdida real, con una minusvalía contable, y a quienes tienen esa pérdida real se les ha permitido compensarla con unas plusvalías latentes", dice un ejecutivo bancario en referencia a Francia y Alemania, a cuyas entidades apenas se ha exigido más capital.

El presidente del Popular, Ángel Ron, destacó también en Bilbao el "efecto negativo" que esa depreciación de la deuda española a valor de mercado tiene para el sector, aunque sea transitoria.

El líder del PP, Mariano Rajoy fue muy duro al valorar el acuerdo de recapitalización, informa Carlos E. Cué. "No puedo compartir que a España que no tiene problema de deuda griega se le pida mas recursos que a otros. Solo a Grecia se le pide más. Es preocupante. Esta decisión va a afectar a la financiación de nuestras pymes y autónomos. Y esto afectará a la recuperación. No me ha gustado que se cuestione la deuda española. España siempre ha cumplido sus compromisos", señaló en un acto con autónomos en el que también estaba presente el presidente del BBVA, Francisco González. González, próximo al PP, lanzó, lanzó un guiño implícito a Rajoy: "España necesita un Gobierno fuerte y lo va a tener".

Varias entidades creen que el Gobierno español y el Banco de España no han sabido defender adecuadamente los intereses españoles en las negociaciones sobre la recapitalización bancaria.

Mariano Rajoy y Francisco González, en un acto de la Asociación de Trabajadores Autónomos.
Mariano Rajoy y Francisco González, en un acto de la Asociación de Trabajadores Autónomos.ULY MARTÍN

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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