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La crisis del euro | Un nuevo escenario

Papandreu mantiene la consulta pese a las presiones internas y externas

"Nadie podrá dudar de nuestro camino dentro del euro", dice el líder griego - La deserción de líderes socialistas hace dudar de la viabilidad del Ejecutivo

La inopinada decisión del primer ministro griego, Yorgos Papandreu, de dar la palabra al pueblo sobre el segundo rescate no solo desbocó ayer a los mercados, sino que provocó un maremoto más en las revueltas aguas de su partido, el Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok). La democracia ateniense se vio incluso sorprendida por la decisión del Gobierno de relevar a la cúpula militar, aunque fuentes del Ejecutivo consultadas por este diario sostienen que el cambio ya estaba previsto. Papandreu, que convocó un Consejo de Ministros extraordinario, se reafirmó en la convocatoria del referéndum y en la seguridad de que superará la moción de confianza que se votará el viernes.

"El referéndum ofrecerá un mensaje claro dentro y fuera de Grecia sobre nuestro camino dentro del euro, del que nadie podrá dudar. La democracia está por encima de los apetitos de los mercados", dijo Papandreu a última hora de ayer, tras el Consejo de Ministros. "El dilema no es el de elegir entre un Gobierno u otro, sino entre un o un no al acuerdo sobre un nuevo rescate a Grecia y al euro", añadió. Papandreu considera "beneficioso" para Grecia el plan de la UE que incluye la entrega de 130.000 millones de euros hasta 2014 y una condonación del 50% de la deuda.

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Tras el anuncio el lunes de que se someterá a referéndum el acuerdo alcanzado el pasado viernes con los acreedores de deuda helena, ayer se vivió una jornada política vertiginosa en la cuna de la democracia. Cuatro diputados socialistas anunciaron públicamente que no apoyarían la consulta popular y seis dirigentes del Pasok pidieron por carta a Papandreu que dimita, que reúna a los líderes políticos para formar un Gobierno de unidad nacional y anuncie elecciones anticipadas. Una de las parlamentarias disidentes, Milena Apostolaki, proclamó, además, que abandonaba su grupo (es la octava deserción en dos años de legislatura), que queda con 152 escaños en un Parlamento de 300. Apostolaki tomó la decisión en vísperas de la moción de confianza a la que se someterá el Ejecutivo el viernes. Papandreu necesita un mínimo de 120 votos. Apostolaki argumentó que "el referéndum es un proceso que divide profundamente" a la sociedad griega. A última hora, el ministro de Salud, Andreas Loverdos, dijo que se oponía al plebiscito.

Casi a la misma hora que se conocía que el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, estaba ingresado en una clínica de Atenas por fuertes dolores abdominales, Reuters informaba de que Papandreu no le había comunicado previamente el anuncio del referéndum. "Venizelos no tenía ni idea del referéndum. Lo único que conocía era la moción de confianza", explicó, bajo condición de anonimato, un responsable gubernamental. "Le dijo a Papandreu que debería informar a los socios extranjeros y escribió una carta a primera hora de la mañana" de ayer, indicó. Algunos analistas políticos interpretan la decisión de Papandreu como un último recurso para buscar apoyo político a las medidas de austeridad que han conllevado cinco huelgas generales, y evitar una convocatoria electoral que solo empeoraría la situación política y económica del país.

Para rematar el desconcierto, la agencia griega ANA informó a media tarde de que el ministro de Defensa, Panos Beglitis, había propuesto al Gobierno el relevo de toda la cúpula militar, que afecta al general encargado del Personal militar y a los jefes de los tres ejércitos.

En una reunión extraordinaria del Consejo de Gobierno de Asuntos Exteriores y Defensa, a la que asiste el presidente del Ejecutivo y algunos ministros, se aprobó el relevo. Esa reunión, según fuentes gubernamentales que relacionan el relevo con las protestas de los militares por los recortes, estaba prevista.

El principal partido de la oposición, el conservador Nueva Democracia, calificó el relevo de "acto antidemocrático". Su jefe de filas, Antonis Samaras, había reiterado horas antes su petición de elecciones anticipadas (Papandreu tiene dos años más de mandato) y mostró su determinación a evitar "experimentos oportunistas", en alusión al referéndum.

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