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La excepción ya no es Navarra

Hace apenas un mes, el 15 de octubre, el Gobierno de Navarra autorizó la apertura de la primera clínica privada que iba a practicar interrupciones voluntarias del embarazo en la comunidad foral. Días después, el centro de Ansoáin comenzó su actividad, que rompía la excepción en torno al aborto en esa autonomía, la única que hasta entonces no realizaba estas intervenciones en su territorio. En Navarra nunca, desde la despenalización del aborto en 1985, hubo centros públicos ni privados que realizaran interrupciones del embarazo.

Numerosas iniciativas parlamentarias habían instado durante años al Ejecutivo foral de UPN a facilitar esa prestación en la red pública, pero ha sido una iniciativa privada la que ha logrado que las navarras no tengan que desplazarse a otras comunidades cercanas, a las que eran derivadas por el Gobierno, para poner fin a su gestación. Su promotor, José Gurrea, un ginecólogo bilbaíno, presentó la documentación necesaria en el Departamento de Salud, y recibió la autorización para realizar estas intervenciones.

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La contestación por parte de algunas agrupaciones católicas fue inmediata. La Delegación de Familia y Apostolado Seglar de la diócesis de Pamplona y Tudela hizo un llamamiento para rezar el rosario "por la vida en Ansoáin", frente a la clínica privada de la citada localidad navarra, convocatoria a la que se sumaron también otros grupos autodenominados provida, como Alerta Navarra.

Ahora, y en plena campaña electoral, el aborto apenas ha pasado de puntillas por el debate entre partidos. La presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, sí se ha mostrado partidaria de recuperar la anterior ley y derogar la actual normativa, vigente desde 2010. En una entrevista reciente en Los desayunos de TVE, la líder del Ejecutivo recordaba al fundador de Apple, Steve Jobs. "Él era un niño adoptado y menos mal que su madre no abortó, luego ayudemos a que muchas personas lleguen a vivir", defendía.

Además, desde hace un mes la comunidad cuenta también con un registro de objeción de conciencia, impulsado por el PSN, para que los sanitarios directamente implicados en estas intervenciones y que no puedan realizar un aborto por razones de conciencia puedan manifestarlo por escrito. Se desconoce cuántos se han registrado hasta la fecha, ya que el objetivo es garantizar su confidencialidad absoluta.

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