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La nueva cúpula norcoreana advierte que no habrá cambios

Pyongyang rechaza cualquier acercamiento a Seúl

La Comisión de Defensa Nacional de Corea del Norte advirtió ayer a "los títeres surcoreanos" y "otros políticos necios del mundo" que no habrá cambio alguno en la política del régimen comunista bajo el liderazgo de Kim Jong-un. La víspera, el nuevo dictador recibió el apoyo incondicional de la cúpula dirigente y de cientos de miles de norcoreanos en el último día por los funerales de su padre.

El agresivo comunicado del máximo órgano rector del Ejército fue emitido por la agencia de noticias KCNA y la televisión estatal. "Declaramos solemnemente con confianza que los políticos necios del mundo, incluidas las fuerzas títeres de Corea del Sur, no deberían esperar ningún cambio por nuestra parte", dice el texto.

El régimen se dirige a "los políticos necios del mundo y los títeres surcoreanos"
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"Estaba convencida de que Kim Jong-il era el mejor"

Se trata de la primera comunicación oficial sobre la transición de poder en Corea del Norte desde la muerte de su líder, Kim Jong-il, a los 69 años, tras mandar durante 17 años. El régimen norcoreano anunciaba su muerte el pasado 19 de diciembre, dos días después de que un infarto acabara con la vida del dirigente.

El jueves, al término de dos días de funeral de Estado y 10 de duelo nacional, su tercer hijo, Kim Jong-un, de 28 años, fue proclamado líder supremo del Partido de los Trabajadores, de las Fuerzas Armadas y del Estado, convirtiéndose así en su sucesor. Un nuevo líder que aún no se ha pronunciado. "El mundo debió ver claramente cómo millones de nuestros soldados y civiles se unieron con nuestro líder Jong-un para transformar la pena en coraje y las lágrimas en fuerza, hasta alcanzar la victoria final", dice el comunicado.

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La nueva cúpula apunta además que no habrá un acercamiento entre las dos Coreas mientras el Sur siga bajo el Gobierno del conservador Lee Myung-bak, que tomó posesión en 2008 y puso fin a una política de acercamiento con el Norte. Desde entonces, el régimen de Pyongyang ha empleado un lenguaje muy belicoso hacia su vecino y ha amenazado con convertir a Seúl, la capital del Sur, en un "mar de fuego". El comunicado de ayer vuelve a retomar esa retórica: "El mar de lágrimas de sangre de nuestros soldados y nuestro pueblo seguirá al régimen títere hasta el final. Las lágrimas se convertirán en un mar de fuego vengativo que todo lo quema".

En 2010, el Norte lanzó un ataque de artillería que mató a varios civiles en el Sur, por primera vez desde el final de la confrontación en 1953. El depauperado país se mantiene técnicamente en guerra con su vecino del Sur. Los vecinos de Corea del Norte están muy pendientes del proceso político en Pyongyang, aislado en el escenario internacional por su pavoroso registro de violaciones de derechos humanos y el desarrollo de un programa de armas atómicas.

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