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Una campaña mediática contra el juez y los fiscales

La edición de Baleares de La Gaceta, ya desaparecida, en la que trabajó Antonio Alemany, fue altavoz de graves acusaciones sobre el patrimonio privado y entorno familiar de los fiscales anticorrupción, Pedro Horrach y Juan Carrau, y también del juez instructor del caso Palma Arena, José Castro.

Alemany ya no está en la Gaceta, ni tampoco en el diario El Mundo.

En los tribunales se conocía que se había construido un dossier contra ellos, para intentar desestabilizar su trabajo y para apartarlos del caso de Matas, bien por una acción penal directa de inhabilitación o porque los aludidos se querellasen contra los supuestos imputados promotores y tuvieran que inhibirse.

Jaume Matas y su último abogado, de los tres que ha tenido, tampoco ceja en su empeño de apartar al juez Castro de la causa. Le ha recusado y se ha querellado contra él por recibir una medalla de Interior, como un supuesto cohecho impropio, no perseguir las filtraciones y por la designación de un perito.

Alemany, veterano periodista político que dirigió el Diario de Mallorca en la transición y fue candidato frustrado de Coalición Democrática (antecedente del PP), lleva meses defendiéndose encarnizadamente de la acusación que pesa contra él.

A finales de 2011 escribió en la web que Matas ayudó a lanzar Libertad balear, contra las "infamias" que padece. Alegaba que está "acusado falsamente, sin escrúpulos y con total desprecio del sistema garantista de nuestro derecho penal".

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