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Una figura para la historia

Orozco y el BNG chocan en Lugo por la propuesta de dar una calle a Fraga

Los nacionalistas apelan a la memoria histórica para no honrar al expresidente

Otra vez la propuesta de distinguir con honores a Manuel Fraga vuelve a tensar a un bipartito municipal. Después de Santiago, Lugo. Y esta vez ante las cámaras, en una presentación de los nuevos paneles informativos del casco histórico. La cuña en la coalición que preside el socialista Xosé López Orozco la introdujo el Partido Popular, grupo mayoritario, con 12 de 25 concejales, que coincidiendo con la muerte del expresidente de la Xunta presentó una iniciativa para que se dé su nombre a una de las nuevas calles lucenses. El regidor socialista se prestó ayer a valorar la propuesta en la comisión correspondiente e incluso avanzó su predisposición a que la medida sea "aprobada por unanimidad". Muy pronto se dio cuenta de lo difícil que resultará el trámite. A su lado, en el mismo acto, su socio de Gobierno, el nacionalista Antón Bao, defendió que el histórico dirigente primero del franquismo y, desde la Transición, de la derecha democrática no se ha hecho acreedor de una calle en su ciudad.

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"El BNG, como ya manifestó en otras ocasiones y en otras instituciones, va a mantener una postura contraria amparándose en la Ley de Memoria Histórica", justificó el edil nacionalista que acompañaba precisamente a Orozco en el acto ante la prensa. Los nacionalistas, con dos ediles (de los 25 que componen la corporación), no tienen demasiada fe en que su negativa produzca algún efecto en la votación. Así lo reconocía el propio Bao, quien recordó que para que la iniciativa de los populares salga adelante es suficiente con una mayoría simple. "El pasado está ahí y evidentemente la historia no se puede cambiar", dijo Bao en referencia a la trayectoria franquista de Fraga, al tiempo que censuraba el momento en que se plantea el debate coincidiendo con el luto por su muerte, que sí lamentó públicamente.

La visión del expresidente separa a los dos partidos de la coalición. De hecho, la víspera, el propio Orozco se encargó de glosar la figura del expresidente gallego. "Creo que le hizo un gran favor a la democracia española y por eso prefiero quedarme con todo lo positivo que tuvo la vida de este estadista, y sobre todo con la persona. Yo sentía un aprecio por su persona porque noté también en él un aprecio hacia la mía, pero sobre todo un gran respeto institucional". En lo que sí parece haber consenso en el bipartito es en honrar con ese reconocimiento al intelectual galleguista Isaac Díaz Pardo, fallecido el pasado 5 de enero.

Mucho antes, y por el mismo motivo, PSdeG y Bloque también chocaron en Santiago, donde la avenida que llega a la Cidade da Cultura -el proyecto que Fraga encargó a Peter Eisenman sin poner límites de ningún tipo y del que no llegó a renegar- lleva el nombre de Fraga desde el pasado 25 de noviembre. Bajo la música del Antiguo Reino de Galicia uno los nietos del expresidente -a quien la mala salud ya no le permitió estar en el acto, tal y como deseaba- descubrió la placa ante la atenta mirada del alcalde de ahora, Gerardo Conde Roa, del PP, y de su antecesor socialista, Xosé Sánchez Bugallo, que también voto a favor de la iniciativa en pleno celebrado en septiembre.

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Si no dispuso antes de placa en Santiago fue también por la negativa del BNG, aliado en el bipartito que presidía Bugallo, y que siempre se resistió a distinguir a Manuel Fraga con semejantes honores. Bugallo, que mantuvo una relación fluida con el expresidente gallego, al que agradeció en actos y entrevistas su contribución a las infraestructuras de la ciudad, incluido el macrocomplejo sobre el monte Gaiás, ya lo había intentado durante la legislatura pasada, bien por convencimiento o bien para arañar votos en un electorado conservador que en las municipales cambiaba la papeleta del PP por la del PSdeG. Sus socios nacionalistas no se lo toleraron y apelaron siempre a su pasado franquista para oponerse a cualquier reconocimiento. Bugallo hubo de elegir entre la estabilidad de su Gobierno y la condecoración a Fraga y optó por retirar la propuesta.

En A Coruña el bipartito que presidía hasta junio el socialista Javier Losada también discutió a propósito de una iniciativa similar presentada por la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica y finalmente desestimó la propuesta para retirar honores y distinciones a Fraga. Sí le negaron los honores a otros ocho ministros franquistas pero no al expresidente de la Xunta, que había recibido el título durante la dictadura, una excepción que nunca entendió el colectivo de la memoria.

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