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Cambios en los servicios de empleo

Apoyo para los están más tiempo en paro

Manuel V. Gómez

La crisis ha llevado a las colas del paro a cientos de miles de desempleados procedentes de la construcción, un sector que ha engullido 1,4 millones de puestos de trabajo. La mayoría de estos empleos no van a volver nunca, ni aunque la economía levante cabeza pronto, y esto puede abocar a un drama de desempleo por mucho tiempo a un colectivo de gente muy importante. La formación, el reciclaje profesional y la ayuda para la búsqueda de empleo requieren una reforma profunda de los Servicios Públicos de Empleo, que debe comenzar por un aumento de los recursos y una reorientación del dinero que se invierte en las políticas activas de empleo.

Entre los pocos pactos a que han llegado UGT, CC OO y CEOE estos días está la renovación de los convenios de formación de la Fundación Tripartita para la Formación. Pero no parece que eso vaya a ser bastante para afrontar el grave problema que va a suponer la formación de los parados procedentes de la construcción y sus ramas afines.

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FEDEA, en su propuesta de reforma, reclama que la percepción de prestaciones por desempleo esté ligada a la participación de los parados en políticas activas de empleo. El Ministerio de Trabajo comenzó esta vía con la ayuda mensual de 400 euros para parados sin ingresos, pero apenas llega a unos miles de personas.

La financiación de estas políticas puede llegar de la partida bonificaciones a la contratación, unos 3.000 millones que contabilizan como políticas activas de empleo, pero se han mostrado como ineficaces a la hora de impulsar el empleo. Reducir las prestaciones, para financiar estas políticas, podría situar en riesgo de exclusión social a muchos parados.

Jesús Cruz Villalón, catedrático de Derecho Laboral, pide la implicación directa del empresario, no de la patronal. "A veces la formación hay que hacerla dentro de la empresa" y, además, eso influye en la contratación.

El Partido Popular también ha anunciado que quiere cambiar el papel de las agencias privadas de colocación en la intermediación entre oferta y demanda de empleo. Nada más, lo que provoca desconcierto en las filas sindicales, porque esta puerta está abierta desde la última reforma laboral. De hecho, ya hay empresas privadas con licencias concedidas. Cruz Villalón propone ahondar en esta vía dando permiso a las empresas de trabajo temporal para que actúen como agencias de colocación. Aunque advierte que tendría que quedar claro que estas empresas ofrecen un trabajo directo.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.
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