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La canciller pide paciencia para ver los frutos

Carlos E. Cué

A su alrededor, todo son críticas. La recesión hacia la que caminan la mayoría de las economías de Europa pone en cuestión su política de austeridad a ultranza. Pero ella, con buenos datos económicos en su país, un paro bajísimo y una ligera recuperación en las encuestas -tiene elecciones en 2013-, parece muy tranquila. Y cuando se le pregunta por la austeridad, contesta que hay que tener paciencia.

Merkel parece convencida de que la solución para España es más flexibilidad y salarios más bajos para competir, y la reforma laboral que el presidente le planteó. Rajoy le explicó el pacto de sindicatos y patronal para congelar salarios, y ella parecía encantada: "Ayer se alcanzó un pacto excelente de la patronal y los sindicatos españoles. Antes de 2005, cuando fui elegida canciller, mi antecesor, el canciller Schröder [socialdemócrata], llevó a cabo una reforma laboral muy controvertida. El paro no bajó inmediatamente. Se superaron los cinco millones de parados. Solo pasados dos o tres años esa reforma tuvo efecto. Y hoy tenemos menos de tres millones de parados". Por un lado, Merkel pedía así a los españoles confianza en Rajoy. El presidente coincidió en la idea de pedir calma y tiempo. Pero a la vez, la canciller estaba lanzando otro mensaje indirecto: queda mucho tiempo -dos o tres años tardó en Alemania- hasta que se empiece a recuperar el empleo. Es un plazo que Rajoy no se puede permitir. Tal vez por eso el Ejecutivo español trabaja para flexibilizar los objetivos del déficit cuanto antes.

En cualquier caso, Rajoy evita cualquier roce con Merkel. Un periodista alemán preguntó si se habían tratado en la reunión las palabras de José Manuel García- Margallo, ministro de Asuntos Exteriores, que el martes dijo que Merkel "reacciona siempre un cuarto de hora tarde" a los problemas. Merkel miraba incómoda. "Ese es un tema que ya pertenece a la historia", contestó Rajoy con una amplia sonrisa en la boca. Rajoy miró a su equipo buscando complicidad. Y Merkel también se rió finalmente ante la salida del presidente español.

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