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El 63% de las empresas apoyadas por la Xunta en Xesgalicia pierden dinero

La gestora de capital riesgo tiene que afrontar varias suspensiones de pagos

María Fernández

Los fondos públicos de capital riesgo (SCR) gestionados por Xesgalicia tienen un objetivo: invertir en empresas viables, "técnica, comercial y financieramente"; en ideas "vinculadas a la innovación" y las nuevas tecnologías, con alto potencial de crecimiento o gestionadas por "empresarios de reconocida solvencia profesional". Hasta ahí, la teoría. En la práctica, el 63% de las empresas en las que participa la Xunta a través de Xesgalicia están en pérdidas, han presentado suspensión de pagos o directamente se han liquidado.

La lista pública en su web suma 60 sociedades en las que el capital público ha tomado participaciones minoritarias, entre el 7% y el 9%. De todas ellas, 29 están en números rojos, 10 no presenta información al Registro Mercantil por distintos motivos y otras 21, esas sí, ganaron dinero en 2010. En algunos casos cantidades ridículas, como los 82 euros del grupo audiovisual Continental Producciones, o 143 euros de una firma de vehículos industriales. Excepto dos, el grupo Copo y Cie Galfor, ambas auxiliares del automóvil, ninguna supera el millón de euros en positivo.

El capital público está en Filmax, que tiene deudas de 150 millones
La suma de ayudas alcanza los 200 millones en 117 operaciones
El fondo Sodiga, el más importante, no invirtió ni un euro en 2010
El capital riesgo gallego apoya a empresas de sectores tradicionales
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Compensadas pérdidas con beneficios, los números negativos alcanzaron los 11 millones de euros y la Xunta tuvo que asumir en su correspondiente proporción. La Consellería de Economía eleva la cifra de pymes apoyadas por la empresa de capital riesgo a 117 que emplean alrededor de 10.000 trabajadores y matiza que los proyectos, que consumen casi 200 millones de euros, "pueden generar pérdidas en los primeros años, otro están en crecimiento, maduración y también en crisis". Por descontado ese es uno de los principios de cualquier sociedad similar: arriesga dinero para facilitar el nacimiento de ideas innovadoras. En el camino muchos planes fracasan y alguno, si hay suerte, resulta un excelente negocio. La contradicción se presenta cuando los sectores apoyados son tan tradicionales como la construcción, el transporte, la alimentación o el textil, por citar algunos de los que más se repiten entre los clientes de Xesgalicia.

El grupo de moda Caramelo, que cuenta con un amplio respaldo público desde el 2007, cuando el Gobierno bipartito decidió comprar el 7,6% del capital de la firma inyectando 3,2 millones y otros 11 a través de una línea de crédito, perdió en 2010 casi seis millones de euros. Está participado, además de por la Xunta, por la sociedad de capital riesgo Arnela, a su vez propiedad del holding Inveravante, del empresario Manuel Jove, la tercera fortuna de Galicia. Un tortuoso proceso de reestructuración dejó en la calle en el otoño de 2009 a 237 trabajadores.

La segunda empresa que presentó más pérdidas es Transporte Aéreo de Vigo (TAV), dedicada a mover pescado y marisco en la terminal de Peinador. Su negocio intenta aprovechar que el puerto de Vigo sea el mayor en movimiento de pesca fresca de la península para potenciar el aeropuerto de Peinador frente al de Vitoria, que ahora se lleva la parte del león del comercio de pescado. En marzo de 2011 Xesgalicia vendió al socio mayoritario el 9% que poseía de TAV.

La tercera empresa más tocada es Cablerías Auto, del grupo vigués del mismo nombre fundado en 1963. Fabrica sistemas de distribución eléctrica para empresas como PSA, Saab, Renault, Volskwagen o Volvo y en 2009 vivió un año complicado por el despido de varios trabajadores tras quedarse con parte del negocio de la empresa Valeo.

Algunas empresas amparadas por Xesgalicia también han lleado a desaparecer, como Géneros de Punto Montoto, muy respaldada por el gobierno anterior en la Xunta. La productora Filmax, que figura entre las participadas por Xesgalicia, está en concurso con deudas que suman 150 millones. El grupo fundado por los hermanos gallegos Carlos y Julio Fernández tiene una filial, Bren Entretainment, que también está respaldada por la SCR.

Xesgalicia tiene seis instrumentos: Sodiga, una SA destinada a invertir en empresas con alto potencial de crecimiento, el fondo Adiante, para empresas viables pero en dificultades, Emprende, para las de nueva creación, y tres fondos para firmas de nuevas tecnologías, discapacitados y para la comarca de Ferrol. La financiación consiste en la entrada en el capital o la concesión de préstamos participativos (si no se devuelven pasan a convertirse en acciones), siempre "de carácter temporal", con un horizonte de siete años. Trascurrido el plazo, Xesgalicia abandona el proyecto para reinvertir en otro.

Los recortes presupuestarios han todado las propias cuentas de la sociedad pública. El organismo redujo en un 30% sus líneas de inversión en 2010. La gestora de fondos, participada en un 70% por la Xunta, y en un 30% por Ahorro Corporación (sociedad de las cajas), desembolsó 32,8 millones, la mayoría (22 millones) destinados a empresas en dificultades. Caramelo, el astillero Factoría Naval de Marín, y la empresa de paneles T-Solar recibieron los mayores préstamos, de cinco millones de euros, junto a Montoto o Etiem textil, montada en 2004 por directivos de Caramelo, con financiación de 2,6 y 1,5 millones de euros respectivamente.

Sodiga, el segundo fondo más importante, no invirtió ni un euro frente a los nueve millones del año anterior. La dotación para empresas con planes innovadores promovidas por nuevos empresarios se redujo a la la cuarta parte, pasando de 20 millones a poco más de cuatro. Para la Consellería de Economía, sin embargo, sigue siendo "un importante instrumento para crear riqueza y empleo".

Más euros en Caramelo

La situación de Xesgalicia no es atribuible al gobierno actual: la mayor parte de las inversiones se decidieron durante la etapa del bipartito e incluso en el último mandato del gobierno de Manuel Fraga. Cada uno, con sus criterios, primó aquellos sectores que consideraba estratégicos para Galicia, aunque algunas de esas apuestas resultasen un estrepitoso fracaso, como la de Montoto o la extinguida Seguridade Galega A Nosa Terra.

Un préstamo a Caramelo de cinco millones autorizado en 2010, cuando ya había consumado el despido de 237 empleados, iba a ser la última ayuda a esta empresa. Lo dijo el diputado del Partido Popular José López Campos en marzo de ese año. El PP intentó por todos los medios dejar patente en aquella intervención que aquella subvención no tenía nada que ver con la forma en que el bipartito concedió también a Caramelo 30 millones de euros durante la legislatura anterior. López Campos censuró que entonces se usase dinero público "sin plan financiero ni proyecto de viabilidad". Subrayó que hora la consellería apoya un plan de internacionalización de Caramelo en el que se estipula "por escrito" la regulación del salario de los directivos, "se reconoce que no habrá más EREs y se declara que es la última ayuda que recibirá Caramelo".

Sin embargo, en septiembre del año pasado, la firma propiedad del multimillonario gallego recibió otros 30.000 euros para un programa de internacionalización. Fruto de esa política, Caramelo ha abierto una tienda en Regent Street, en plena milla de oro de Londres y la semana pasada llegó a un acuerdo con la cadena británica House of Freaser para abrir hasta 25 espacios comerciales de la línea mujer.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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