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Reportaje:

Todos quieren ser dragones

La comunidad china de Euskadi festeja la llegada de su año 4710 - "Es el mejor signo", destaca el presidente de la asociación

China se adentró el pasado 23 de enero en el año 4710 de su calendario lunar, el del dragón, quinto de los 12 signos que integran su zodiaco. Según las creencias, los niños nacidos entre la mencionada fecha y el 9 de febrero de 2013, cuando llegará el turno de la serpiente, serán vitalistas, enérgicos, creativos, emprendedores, nobles e inteligentes. Virtudes que cualquier progenitor querría para su vástago y que hacen prever un baby-boom en el gigante asiático.

Igual sucede entre la comunidad china en Euskadi, compuesta por unas 15.000 personas. "Es el mejor año. Y no volverá hasta dentro de 12. Todos los chinos del mundo quieren que sus hijos nazcan ahora", explica Xiago Rong-Zhu, presidente de la Asociación de los Chinos en Euskadi. A diferencia de lo que ocurre en su país, donde solo se puede tener un hijo en la ciudad y dos en los pueblos, aquí "hay que aprovecharlo", bromea.

La comunidad organizó una fiesta en el Teatro Campos Eliseos de Bilbao
El año 2000 supuso un punto de inflexión en la llegada de chinos al País Vasco

Con motivo del Año Nuevo, cuya celebración se prolongará hasta el 15 de febrero, la asociación organizó ayer tarde en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao una fiesta a la que asistieron, entre otros, el director de Inmigración, Miguel González; el presidente del Tribunal Superior, Juan Luis Ibarra, y el primer teniente de alcalde bilbaíno, Ibon Areso.

En una breve intervención, iniciada y acabada en chino, Areso envió un fuerte abrazo a todos los presentes en nombre del alcalde, Iñaki Azkuna. "Parece que es buen año para tener hijos. Os animo, dado que aquí está bajando la natalidad. Igual no es tan fácil en vuestro país", indicó.

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El espectáculo, que comenzó con retraso por culpa de los numerosos discursos, mezcló música, danza y acrobacias. Los artistas que intervinieron son "muy famosos en China", destacó Zhong Jing Yang, secretario de la asociación. "Los manda el Gobierno. Queremos mostrar nuestra cultura al mundo. Nos queremos integrar en Euskadi, pero sin perder nuestra identidad", apostilló.

Rong-Zhu, nacido bajo el el signo del conejo -"por eso soy tan tranquilo", dice entre risas- llegó a España hace 30 años, cuando la economía china no gozaba de su actual pujanza. "Entonces aquí había más trabajo. Eso ya ha cambiado", comenta. El año 2000 supuso un punto de inflexión en la llegada de chinos a Euskadi, explica. "Ahí empezó a decaer la emigración. Ahora llegan pocos. Y muchos están pensando en volver" debido al impacto de la crisis, reconoce.

Lulu Reyes es una de ellos. En realidad, nunca legó. Nació en Bilbao hace 18 años. Su madre es vietnamita y su padre, chino. Aunque le cuesta escribirlo, domina el idioma de su progenitor. Después de la universidad no descarta trabajar en China: "Me encanta".

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