El congreso del PSOE
Coincido plenamente con los argumentos y la propuesta final del artículo de Ramón Vargas Machuca, publicado el pasado 1 de febrero. Este 38º Congreso del PSOE, por la misma precipitación con la que ha sido convocado y por las circunstancias excepcionales que concurren en el momento político, económico y social de España, debería ser de puro trámite hacia otra configuración del partido, es decir, un congreso que abriera un nuevo proceso constituyente, como muy bien lo define el filósofo gaditano y hombre de larga experiencia socialista. Y lo siento tanto por Pérez Rubalcaba, persona a la que estimo particularmente, por su alta capacidad, como por Carme Chacón, que se atreve en estos momentos tan delicados a proponerse para liderar una organización malherida y aturdida por dos derrotas electorales sin paliativos posibles. De ambos contendientes sería muy bien acogida, tanto dentro como fuera del partido, una renuncia consensuada a seguir adelante con sus candidaturas, y dejar en manos del congreso, que para eso es soberano, una fórmula de transición que contentara a todos. No sería la primera vez que una cosa así ocurre en el PSOE, y de todas las anteriores se salió bien. Es tiempo de pensar, no de correr. Es tiempo de remover viejas estructuras, no de repartirse los restos del naufragio.