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Zabaleta no se siente debilitada ni derrotada

Fue el único miembro del Gobierno vasco que apoyó abiertamente a Carme Chacón para dirigir el PSOE y ayer muchas miradas se fijaron en ella. La consejera de Empleo y Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, aseguró en los pasillos de la Cámara que no se siente debilitada por el resultado del congreso de Sevilla y la victoria de Alfredo Pérez Rubalcaba, y que "nunca nadie tiene una posición perdedora cuando dice lo que piensa".

Zabaleta defendió su postura señalando que lo había hecho con "lealtad" hacia el partido y con "honestidad". La consejera recordó que su opción fue la misma que la del "48% [de los delegados], no lo olvidemos nunca", pero quiso dejar atrás cuanto antes la disputa por la secretaría general del partido para poner el foco sobre el futuro: "Ahora [al PSOE] le toca hablar menos de sí mismo y hablar más de lo que necesita la sociedad".

"A ese futuro hay que mirar desde la unidad y sin renunciar nunca a lo que cada uno piensa, a la libertad", añadió. En este sentido, reclamó una "reconciliación" con el votante socialista. Preguntada si esta sería más difícil con Rubalcaba que con Chacón, sostuvo que recuperar ese espacio electoral es "un imperativo", independientemente de quién dirija el partido.

Sus palabras siguieron a las del lehendakari, que pocas horas antes había señalado que su compañera de Gobierno -y adversaria en la carrera hacia la secretaría general del PSE en 2002- no "sufrirá" las consecuencias de su defensa pública de la candidata derrotada. "En el PSE quien opina diferente no es un disidente, es alguien que intenta aportar desde su punto de vista para enriquecer el partido", sentenció Patxi López.

La derrota de Chacón del domingo fue el final de una semana de sinsabores para la consejera. El miércoles pasado su compañera la titular de Educación, Isabel Celaá, anunció que un proyecto de Zabaleta que ella rechazaba, el de los nidos familiares, no tendría continuidad más allá de 2012.

Al día siguiente, el responsable de Interior, Rodolfo Ares, matizaba a Zabaleta asegurando que no emplearía efectivos a las labores de control del empadronamiento de perceptores de ayudas sociales, tal y como esta había sugerido en el Parlamento en diciembre.

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