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La crisis dispara el déficit del Estado al 1,31% del PIB entre junio y agosto

Las rebajas fiscales aprobadas por el Gobierno contra la desaceleración cuestan a las arcas públicas 11.150 millones en plena reducción de los ingresos

Apenas tres meses han sido suficientes para acabar con tres años de superávit. Según ha informado hoy el Ministerio de Economía y Hacienda, las cuentas del Estado han cerrado agosto con un déficit de 14.638 millones de euros por culpa de la desaceleración económica, principalmente en el sector inmobiliario. Este aumento eleva los números rojos de la caja central al 1,31% del PIB y triplica el porcentaje del 0,42% de junio, cuando la Administración central registró su primer saldo negativo desde el mismo mes de 2005.

La razón de este fuerte recorte de los excedentes del Estado reside en la caída de ingresos, que entre enero y agosto han caído un 17,7%, hasta los 83.838 millones de euros, porque el menor consumo y el descenso de ventas, sobre todo inmobiliarias, reduce el dinero que entra en las arcas de las administraciones vía impuestos. Frente a este descenso, los gastos han aumentado un 9,4% con respecto al mismo periodo de 2007, hasta 98.476 millones de euros.

El Gobierno considera que el Estado ya ha vivido "la parte más dura" del ajuste en sus cuentas
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Según ha destacado el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, las rebajas fiscales y los cambios normativos aprobados por el Gobierno en los últimos meses han supuesto una inyección de liquidez de 11.150 millones de euros que ayudará a las familias y a las empresas a afrontar el deterioro económico. Dicha inyección de liquidez se eleva a 13.250 millones (un 1% del PIB) si se incluyen los adelantos de las devoluciones tanto del IVA como del IRPF, que se calcula que suponen otros 2.100 millones de euros.

Estos cambios normativos se deben tener en cuenta, según el secretario de Estado, a la hora de analizar la recaudación neta, que en el conjunto de las administraciones públicas ascendió a 122.892 millones de euros, un 10,2% menos que en el mismo periodo del año anterior. En este sentido, ha indicado que el Gobierno no descarta tomar nuevas medidas, aunque ha advertido de que las actuales son suficientes porque van a la raíz del problema.

No descarta futuras correciones

Ocaña ha señalado que ya se ha vivido la parte más importante del intenso ajuste, aunque matizó que todavía queda por realizar "un poquito" más de ese ajuste. A su juicio, lo esencial del deterioro ya se ha producido, aunque puede que en los próximos meses "haya alguna corrección".

Volviendo a los ingresos, la recaudación por impuestos indirectos se elevó hasta los 68.160 millones de euros, el 11,3% menos. De ellos, los ingresos por IRPF bajaron un 0,5% por segundo mes consecutivo tras cambiar de signo por primera vez en julio tras años de crecimiento. La "intensa desaceleración", como la define Economía, también ha provocado una reducción en los ingresos que se obtienen por el Impuesto sobre Sociedades, que bajaron un 29,6%, debido a los cambios normativos y a la caída de los resultados empresariales.

La culpa de esta bajada la tiene sobre todo el IVA, con el que se recaudaron 30.536 millones de euros, un 15,8% menos, debido sobre todo a la contracción de la actividad en las pymes, al nuevo régimen de este impuesto para los grupos de entidades y el "esfuerzo" de la Administración por agilizar las devoluciones, ha señalado el secretario de Estado.

La Seguridad Social aguanta el tipo

Al contrario que la Administración central, las cuentas de la Seguridad Social están sorteando mejor la crisis económica a pesar del alza del paro. Así, a cierre de agosto tenía un saldo positivo de 15.971,38 millones de euros, un 4,05% más que en el mismo periodo de 2007, según ha informado el Ministerio de Trabajo e Inmigración.

Precisamente su titular, Celestino Corbacho, ha defendido hoy que la Seguridad Social nunca ha tenido una situación "tan buena como ahora" y ha descartado la necesidad de hacer reformas laborales. Además, se ha mostrado partidario de utilizar los Expedintes de Regulación de Empleo (ERE) como instrumentos para superar una determinada coyuntura económica y resolver los problemas.

Al igual que ocurre con el Estado, los gastos que afronta la Seguridad Social han crecido casi dos puntos más de lo que lo hicieron los ingresos. El dato final es el resultado de una diferencia entre unos ingresos de 84.025,86 millones de euros, el 8,9% más, y unos gastos de 68.054,48 millones, el 10,11% más.

En términos de caja -que computa los ingresos y gastos cuando se efectúan y no cuando se comprometen, como hace la contabilidad nacional- el superávit fue de 14.765,97 millones de euros, resultado de unos ingresos de 82.150,88 millones, el 9,14% más, y unos gastos de 67.384,91 millones, el 9,66% más. Además, el ministerio ha explicado que los gastos previstos pendientes de imputación presupuestaria suponen 1.760 millones de euros, lo que implica la disminución del superávit alcanzado a 31 de agosto.

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