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Coto a los sobornos en Hollywood

EE UU aplica por primera vez la ley contra la corrupción en el extranjero a la meca del cine

"Luces, cámaras e... Inspección". La industria de Hollywood está bajo los focos, pero no de aquellos que iluminan los escenarios y a sus actores, sino de los del Departamento de Justicia de Estados Unidos. El exótico caso de una pareja de productores norteamericanos que han sido pillados in fraganti ofreciendo sobornos en Tailandia para realizar un festival internacional de cine en Bangkok y que está siendo juzgado estos días en Los Ángeles, ha puesto de relieve que la industria cinematográfica se ha colocado junto con las farmacéuticas y las empresas energéticas como principales objetivos de la oficina antifraude del país.

La diferencia en el juicio a Gerald Green y su mujer, que entra hoy en su segunda semana, reside en que es la primera vez en la que se aplicará la ley contra prácticas de corrupción en el extranjero (Foreign Corrupt Practices Act) dentro del mundo audiovisual, lo que podría tener repercusiones en todo el sector si al final se los declara culpable, lo que abrirá camino para otros procesos similares.

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Según informa hoy el Financial Times, si el tribunal llega a condenar al matrimonio, productor de películas como Rescate al amanecer, dirigida por Werner Herzog y rodada en Asia, los estudios que recurren a localizaciones en el extranjero lo tendrán más difícil para convencer a las autoridades locales de que cedan sus espacios sin sobornos, práctica habitual hasta la fecha en Hollywood, que de por sí cuenta con un sistema de contabilidad muy opaco.

Prácticas responsables

"La realidad es que la industria del entretenimiento ha estado siempre un poco retrasada a la hora de adoptar prácticas más responsables", ha afirmado al rotativo británico Jonathan Drimmer, un abogado letrado del Departamento de Justicia que actualmente forma parte del grupo anticorrupción de la firma de abogados Steptoe&Johnson.

"El Departamento de Justica identifica una práctica -en una industria determinada- y, entonces, sorprendentemente, investiga a todo el sector por lo mismo. Ya sucedió con la industria de dispositivos médicos y luego pasó lo mismo con las petroleras", ha añadido Drimmer. De hecho, durante los últimos seis años, los casos que han pasado por la lupa de Washington han aumentado de apenas tres en 2003 a 17 en 2008.

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