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La pugna por Vivo

La justicia europea declara ilegal el veto de Portugal a la compra de Vivo por Telefónica

La sentencia, que allana la operación, declara que la 'acción de oro' utilizada por Lisboa supone "una restricción no justificada" del libre mercado.- El Gobierno luso, "en desacuerdo"

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) ha declarado ilegal las acciones de oro empleadas por el Gobierno portugués para impedir que Telefónica adquiriese el operador brasileño Vivo. La sentencia declara que "Portugal ha incumplido las obligaciones que le incumben en virtud de la libre circulación de capitales al mantener en Portugal Telecom derechos especiales atribuidos en relación con las controvertidas golden shares.

La oferta de Telefónica por Vivo, aprobada por el 73,9% de los accionistas de Portugal Telecom, socio de la operadora española, fue vetada por el Gobierno portugués el pasado miércoles, utilizando sus acciones de oro sobre la compañía portuguesa. La Comisión Europea ya había llevado a Portugal al Tribunal de Justicia por el mantenimiento de estas acciones privilegiadas por estimar que constituían "una restricción del libre movimiento de capitales", lo que hoy ha sido confirmado por el tribunal.

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El tribunal declara que no puede admitirse la restricción objeto del litigio sobre la base de las razones de justificación invocadas por Portugal. En este sentido, el fallo judicial, que responde a una apelación previa a este caso, recuerda que las medidas nacionales que restringen la libre circulación de capitales pueden justificarse, en particular, por las razones mencionadas en el Tratado como la seguridad jurídica, siempre que sean adecuadas para garantizar la realización del objetivo que pretenden lograr y no vayan más allá de lo necesario para alcanzarlo.

La sentencia recuerda que la seguridad jurídica "solo puede invocarse en caso de que exista una amenaza real y suficientemente grave que afecte a un interés fundamental de la sociedad. Según el tribunal, Portugal se ha limitado a invocar el motivo de la seguridad jurídica "sin preciar las razones por las que considera que el mantenimiento de la titularidad de las golden shares permita evitar tal atentado a un interés fundamental de la sociedad. Por tanto, no cabe admitir tal justificación".

El Gobierno luso, "en desacuerdo" con la sentencia

Portugal deberá ahora acatar la sentencia "a la mayor brevedad". Si la Comisión Europea (CE) considera que el Estado miembro ha incumplido la sentencia, puede imponer de nuevo recurso solicitando que se le impongan sanciones pecuniarias. De hecho, el Gobierno luso ha reaccionado con ambigüedad a la decisión. Así, si mientras por una parte ha asegurado que "por supuesto se cumplirá" la sentencia, también ha matizado por boca de un portavoz que "continuará en la búsqueda del interés nacional". Su ministro de la Presidencia, Pedro Silva Pereira, ha reiterado horas después que el Ejecutivo socialista de José Sócrates procurará "respetar el derecho comunitario y la defensa de los intereses nacionales". Además, se ha mostrado en "desacuerdo con su interpretación jurídica" ya que, ha añadido, "no pone en causa la existencia de derechos especiales".

El presidente de la CE, José Manuel Durão Barroso, ha celebrado esta mañana el dictamen del tribunal y ha declarado que "las acciones de oro van contra el mercado interior, contra el principio de libertad de circulación, y el hecho de que el Tribunal de Justicia haya dicho que la Comisión tenía razón es por supuesto algo que acogemos con mucha satisfacción".

Esta decisión ha allanado el camino para que Teléfónica, que ayer anunció un acercamiento con su competidor portugués para buscar una salida negociada al conflicto, consiga hacerse con el control total de Vivo. La noticia ha originado un repunte de su acción, que a las 12.45 horas aumentaba un 1,03%, hasta los 16,15 euros por titulo. El valor de PT parece que reacciona de forma contraria, cayendo a esas misma hora casi un 1% para situarse en los 8,59 euros.

Logotipo de Portugal Telecom en Lisboa.
Logotipo de Portugal Telecom en Lisboa.AFP

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