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El BBVA prevé un crecimiento de entre el 0,1% y el 0,2% en el tercer trimestre

El servicio de estudios del banco afirma que la segunda mitad del año será mejor que lo previsto pese al parón en el consumo de las familias

Queda un mes para conocer el avance del INE sobre la evolución de la economía española en el tercer trimestre, y algo menos para que el Banco de España publique en la primera semana de noviembre sus estimaciones, aunque el Servicio de Estudios del BBVA se ha apuntado a las tesis más optimistas de que el Producto Interior Bruto crecerá entre julio y septiembre. Según confirma en su último Observatorio Económico de España publicado hoy, la economía española avanzará entre un 0,1% y un 0,2% en el tercer trimestre, en el marco de una segunda mitad del año mejor a la prevista anteriormente.

En función de los últimos datos de coyuntura, los expertos del BBVA, que a principios de septiembre ya cambiaron de opinión sobre una eventual recaída, afirman que esta posibilidad se ha reducido "considerablemente". "A falta de conocer la EPA del tercer trimestre, los datos disponibles anticipan básicamente una situación de estancamiento, pero no el retroceso significativo de la actividad que se esperaba hace unos meses como consecuencia de la aceleración del ajuste fiscal, de la desaparición de estímulos públicos o de las incertidumbres en los mercados financieros", asegura el informe.

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Sobre la piedra de toque de la economía española, el consumo, el servicio de estudios del BBVA afirma que la traslación "incompleta" a los precios de la subida del IVA y otros datos coyunturales sugieren que el deterioro del consumo ha sido inferior al previsto a comienzos del trimestre. En concreto, augura una tasa cercana a cero entre julio y septiembre, frente al repunte del 1,2% registrado en el primer trimestre. La inversión, añaden, ha seguido el mismo patrón con una caída "moderada" de la inversión empresarial.

Por este motivo, la entidad cree que la economía se encuentra en una situación básicamente de estancamiento, "a la espera de una recuperación sostenida", que, en todo caso, vendrá de la mano de las reformas estructurales que todavía necesita la economía nacional.

Expectación ante el impacto del IVA y los ajustes

El dato del tercer trimestre es esperado con impaciencia para aclarar cuál ha sido el impacto real de la entrada en vigor del IVA y las medidas de recorte del gasto del Gobierno en la economía. Las posturas siguen, de momento, enfrentadas, aunque cada vez están más próximas. Por una parte, los organismos internacionales auguran que tirará a la baja del PIB y, en primavera, no descartaban una recaída. Por la otra, el Gobierno, aunque no descarta que el incremento del impuesto y el plan de ajuste condiciones a la baja el dato, confía en que se mantendrán las tasas positivas.

Sin embargo, el último movimiento del FMI sobre España, que ahora coincide con el Ejecutivo en que el PIB caerá un 0,3% en el conjunto del año, confirma el acercamiento entre las perspectivas que se hacen desde fuera o dentro del país. Para 2011, sin embargo, se mantienen las divergencias y mientras el Gobierno augura un crecimiento del 1,3%, el Fondo lo reduce al 0,7% por que no confía tanto como el Ejecutivo en la recuperación de la demanda interna.

En cuanto a las previsiones realizadas desde el interior del país, la división de banca privada del Santander, Banif, espera que la economía española crezca un 0,5% en 2011, por lo que no logrará reducir el déficit público por debajo del 6%. Algo más por detrás, la fundación de las cajas de ahorros Funcas augura un leve repunte del 0,4%.

El 6% de déficit "es sagrado"

La falta de coincidencia sobre lo que pasará con la economía española en 2011 no es un tema menor, ya que de la evolución del PIB depende de que se llegue, o no, al objetivo de reducir el déficit público al 6%. El Estado necesita que la recuperación aporte los ingresos suficientes para que los ajustes no caigan en saco roto y se pueda alcanzar esta cifra. El objetivo está claro, no volver a sufrir la presión de los mercados de deuda. Por este motivo, tanto los organismos internacionales como el Banco de España han solicitado al Gobierno un plan B, que lo rechaza , por si no se crece el 1,3% esperado y, en ese caso, medidas adicionales de ahorro. Tal y como aseguró el propio gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, lo importante es que la cifra del 6% "es sagrada".

Sobre este punto, el BBVA estima que la reducción del gasto público hasta agosto junto con la recuperación de los ingresos hacen que "cada vez más probable" alcanzar el objetivo de déficit para este año. El Ejecutivo calcula cerrar el ejercicio en el 9,3% frente al 11,1% registrado en 2009. Además, la entidad coincide con el Gobierno en que el mayor reto se concentra ahora en las comunidades autónomas. Eso sí, advierte de que en caso de que se aprecie cualquier desviación en sus objetivos de déficit sea "proactivo" y tome más medidas de ajuste.

Weber insiste en que España necesita profundizar en las reformas

El miembro del consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) y presidente del Bundesbank, Axel Weber, considera que España y el resto de países de la zona euro con déficit deben asumir reformas estructurales para corregir los desequilibrios macroeconómicos en la región, ya que los países con superávit "pueden hacer poco" por sí solos contra la crisis. "Puesto que las causas más profundas de los desequilibrios en los países deficitarios son domésticas les concierne principalmente a ellos adoptar medidas", ha afirmado Weber, que es el aspirante para suceder al presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, con más posibilidades, en una conferencia en Nueva York.

"Son necesarias reformas estructurales para mejorar la competitividad de las empresas domésticas, incrementando la productividad y manteniendo los costes bajo control" ha añadido antes de asegurar que "los países deficitarios tienen que aumentar la flexibilidad de su mercado laboral y consolidar los presupuestos gubernamentales". Según ha admitido, "puede sonar duro, pero es inevitable un ajuste de las que economías que han vivido por encima de sus posibilidades".

En su opinión, el principal problema para los estados miembros con persistentes déficit corrientes es la ineficiencia con la que en ocasiones se gestionaron los flujos de capital recibidos, puesto que en España e Irlanda sirvieron para financiar la burbuja inmobiliaria, mientras que Grecia los empleó en financiar el déficit público y Portugal en respaldar el consumo privado. "Así, se estimuló la demanda privada y, ante mercados laborales rígidos, los salarios aumentaron más que la productividad, lo que redujo la competitividad en precios de estos países, provocando un aumento de las importaciones y un descenso de las exportaciones, incrementando el déficit", ha explicado.

Mirando hacia casa, el presidente del Bundesbank ha advertido de que, aunque los países con superávit comercial como Alemania también tienen que realizar ajustes, éstos no deberán ir dirigidos a estimular su demanda interna, puesto que un incremento de sus importaciones tendría un efecto apenas visible en las balanzas corrientes de los países con déficit. "Con la actual estructura de comercio, un incremento del 10% de las importaciones de Alemania mejoraría el déficit de España, Grecia y Portugal solamente en un 0,25% y en un 1% el de Irlanda", ha argumentado.

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